Asisto sobrecogido a las campañas de pomadas para las almorranas y a los de enemas y yogures contra el estreñimiento. Veo, aterrado, que han limpiado la verdad de los actos más puros, que han expurgado el honorable concepto del cagar hasta dejarlo irreconocible, vacío y blanco como una sepia muerta. Reparo también —y al hacerlo se me encoge el esfínter con pánico— en que no aparece el ano en la publicidad, que se elude su existencia. ¿Qué hay detrás de todo esto?, ¿azar o mano negra? Urge llegar al culo del asunto.
Comentarios
Y el líquido que demuestra cuanto absorben las compresas siempre es azul.
Para no cagarla.
Porque si la ponen la cagan...
Porque "huele" mal.
"Nunca"
De qué zona de "este país"* sois?
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* Eufemismo de España para los progretas.