Muchas veces la complejidad busca vías de exclamación a través de la música. La producción compositiva de Brian Ferneyhough crea ineludiblemente ese contexto donde convergen estética y exactitud, en un estilo propio denominado new complexity. El análisis de su trabajo ha llevado a muchos intérpretes a declinar su ejecución por la extremada dificultad que acompaña a sus partituras. Encarna así un lenguaje que habita los límites de la comprensión musical y se adentra en la teoría conceptual de la vanguardia y la concepción artística
Comentarios
He localizado la pieza cuya partitura ilustra el artículo: Unity Capsule para flauta sola:
(Minuto 1:27)
Y la verdad es que simplemente viendo la partitura ya echa para atrás...
Siempre me ha parecido curioso de este movimiento y otros tantos que busquen tanta complejidad y innovación y luego se limiten a los instrumentos tradicionales. Es como un, mira quiero explorar y expresar algo nuevo pero necesito usar los instrumentos clásicos, si no uso un piano, violin, guitarra y hago formas clásicas como la opera o la sonata etc... no me van a hacer caso.
#1 La mayoría de los compositores de vanguardia nunca han tenido necesidad de abandonar los instrumentos tradicionales, que pueden sonar de formas muy diferentes a las de toda la vida. Los que sí, se centraron en la música electroacústica. El resto añadieron instrumentos eléctricos, cintas magnética y posteriormente electrónica en vivo cuando les pareció interesante hacerlo. Yo creo que nunca ha sido un dilema.
La verdad, yo prefiero la música contemporánea más tradicional, la llamada tonalidad ensanchada, la que estrenan las orquestas en las temporadas de abono. Soy más de Dutilleux que de Boulez (el primer Boulez en particular, sus últimas obras me gustan). Pero me gusta mucho la tímbrica que se ha ido creando en la música de vanguardia e incorporando a la tradicional. Por ejemplo, el sonido del piano preparado me fascina.