La jornada electoral transcurrió entre grescas de bofetones, botellas de vino y muertos muy vivos. De ocho de la mañana a cuatro de la tarde votó todo el que quiso o pudo. Los grandes triunfadores, los mauristas
La de abuelas en silla de ruedas que me encontré votando en las últimas elecciones, que no sabían ni dónde se encontraban, empujadas por sus repeinados hijos en zapato castellano.
Comentarios
Perfectamente extrapolable a 100 años después.
La de abuelas en silla de ruedas que me encontré votando en las últimas elecciones, que no sabían ni dónde se encontraban, empujadas por sus repeinados hijos en zapato castellano.