Hace 5 años | Por --573754-- a jotdown.es
Publicado hace 5 años por --573754-- a jotdown.es

Subrayar, anotar, apuntar o garabatear cualquier cosa sobre la página impresa tiene algo de maleducado y mucho de intrusivo, porque a lo mejor al autor no le hace tanta gracia que uno deje constancia en los márgenes lo que opina sobre su obra. (...) Pero, al mismo tiempo, dentro del comportamiento aberrante que supone ensuciar la obra ajena existe una maravillosa paradoja: ¿qué ocurre cuando la marginalia (aquellas anotaciones al margen) sucede por culpa de la pluma de otro escritor de talento reconocido?

Comentarios

D

¿Quién se acordaría del Códice Emilianense sin sus anotaciones al margen?

GatoMaula

#5 Sin la escuela de glosadores de Bolonia ni exsistirían facultades de derecho.

U

#5 De " anotaciones al margen" nació el Castellano.

robustiano

¿Y el grabado ése donde se la pica un pollo?

D

No hace falta que sean palabras de un escritor famoso. Ni de talento. Poder ojear un libro que acompañó a tu abuelo por mares lejanos y donde anotaba pensamientos para combatir la soledad es algo muy, muy bonito.

Aunque fuese algo tan poco cultureta como una novela popular. Hay cosas a las que no se les puede poner precio.

D

Olvidaos de los de tapa dura... Hacedme caso, de verdad.

p

Todo un arte!