Hace pocos meses la Agencia Española del Medicamento aprobó la venta de doce productos homeopáticos, equívocamente llamados medicamentos homeopáticos. La bola se va haciendo más grande, y los productos homeopáticos adquieren más y más popularidad. Su fabricación es barata y la población los acepta. Llega el momento de dar el siguiente paso y permitir que sean recetados como un medicamento más. El negocio es cojonudo: el Estado financia botecitos de agua sucia con enormes márgenes de beneficio.
Comentarios
Cañete seal of approval:
Si este estado acepta, financia y beneficia sin cuento la superstición católica, por qué no cabe esperar que copie el "agua bendita".
Lo que parece que se está obviando es que lo que vende la homeopatía no es un medicamento, es un medicamento homeopático, y es obligatorio poner la palabra homeopático ya que sólo hay evidencia de que no es dañino, como el agua o el azúcar en pequeñas cantidades, no de que tenga beneficios o que cure.