Hace 8 meses | Por minossabe a epochtimes.fr
Publicado hace 8 meses por minossabe a epochtimes.fr

Básicamente, llamamos al pedagogismo un conjunto de doctrinas, teorías pedantes y recomendaciones delirantes que le dan la espalda al sentido común educativo. El pedagogismo a menudo se resume en la fórmula de que el estudiante debe ser el autor de su propio aprendizaje. Sin embargo, hay una parte real en esto, porque el estudiante que aprende de memoria cosas que no entiende obviamente no es educado.Entonces tiene que poder diseñar para sí mismo lo que le enseñan.

Comentarios

manzitor

#4 Cada sistema educativo corresponde a una época, a un tiempo concreto de la sociedad. En los tiempos de 'la letra con sangre entra', igual era normal y aceptado. Ahora es difícil juzgar lo que la sociedad necesita de la educación

Beltenebros

Para #_4 que veo me tiene en ignore:
Eso ha sido así en casi todos los sistemas económicos (feudalismo, capitalismo) excepto en el Socialismo.

CC #7

L

#4 " Borregos, egocéntricos e incultos, fáciles de domesticar e ideologizar" Lo mismo puedo decir de la gente que solo se dedica a estudiar y tiene formación en lo suyo y poco más. Cuando yo estudiaba el bachillerato nos enseñaban como modelo a Secundino Gallego, un bedel autodidacta que ganó un concurso televisivo demostrando erudición sobre pájaros, estudiar no es para ganar dinero es para poder disfrutar de una buena cultura

y

#11 los hay que son borregos porque no dan para más, al margen de la intención política.

No obstante, el estudio no sólo sirve para adquirir conocimiento, sino también para desarrollar la capacidad de racionalizar, desarrollar el intelecto y la opinión critica.

L

#12 Hace falta una base y una orientación básica, después cada uno se desarrolla según sus inclinaciones y capacidades, no estoy a favor de la meritocracia y harto de que me digan el "haber estudiado"

Aitor

#13 harto de que me digan el "haber estudiado"

HABER ESTUDIAO.

L

#14 A mandar señorito, que para eso estamos.

Aitor

#16 Cómo que a mandar, si no te he dado ninguna orden. Ves como te habría ido bien estudiar... lol

c

#14 a ver, estudiao.

y

#13 mi comentario #27 era para ti, que me he equivocado y me he citado a mí mismo

L

#66 Mérito en sentido negativo es el comprado por las clases altas para pagar educación privada y posibilidad de entrar en universidades en las que se permiten repetir y ser mediocres. No creo suficiente el sistema de becas para apoyar a clases desfavorecidas, en USA para contratar tu primer seguro de coche tienen en cuenta si ha pedido créditos y los paga, si tienen trabajo o estudian, se debiera tener en cuenta que no todo el mundo tiene el mismo rendimiento con su esfuerzo, pero el trabajo debe ser recompensado y las personas que actúan con dedicación promocionadas

y

#68 la primera parte se correspondería a desigualdad de oportunidades, por los motivos que sea, y no con los méritos de las personas. No obstante, en el tema de estudios, un bajo poder adquisitivo puede dificultar pero no impedir su acceso. Aparte de las becas, que no son para todos, existe la educación pública, que si bien no es totalmente gratuita si es compatible con las clases menos pudientes.

En la segunda parte, que sí tiene que ver con los méritos, pues no estoy de acuerdo. Tú dices que "no todo el mundo tiene el mismo rendimiento con su esfuerzo". Claro y ahí precisamente es por lo que se valora el talento de cada uno. ¿Tiene que cobrar lo mismo Messi que un jugador mediocre por mucho que se esfuerce? Obviamente no, porque el beneficio que produce no es el mismo tampoco.

Si yo fuera un empresario buscaría el beneficio de mi inversión, porque no seria una ONG sino un negocio. Y por ello contrataría a los que, en conjunto, mejor rendimiento vayan a proporcionarme, ya que eso redundará en beneficio para mí.

L

#71 La primera parte si se corresponde con los méritos porque pesa más en un currículo un buen colegio privado que uno público.
"Si yo fuera un empresario buscaría el beneficio de mi inversión" conoces perfectamente las dificultades de acceso al mercado laboral de los mayores de 50 años, beneficio no es lo mismo que explotación y se puede conseguir dentro de ciertos limites.

y

#72 descontextualizas de nuevo.

Las dificultades para acceder a lo que sea no tiene que ver con que la lógica nos lleve a seleccionar a los mejor preparados. Es justamente cuando esto no ocurre cuando se cometen injusticias, favoritismos, selección a dedo, por cupos, por sexo, etc.

Es el principio de la propia naturaleza, el de la selección natural. Los mejor dotados sobreviven. En una sociedad no es tan drástico, porque para eso existe un sistema social y no hablamos de un tema de vida o muerte. Pero sí en el campo laboral. O así debería ser.

y

#12 ¿pues si no nos basamos en los méritos de las personas, en qué narices nos basamos para escoger el mejor perfil para lo que sea?

Si te refieres al hecho de que, los estudios no son el único factor meritocrático, pues eso nadie lo discute. La experiencia y las capacidades intrínsecas de cada persona también son méritos a valorar.

Incluso el sentido común, que tampoco tiene que ver necesariamente con el currículum educativo, y más bien con el adoctrinamiento ideológico, que puede afectar seriamente dicho sentido.

Y creo que este último aspecto es el que más tiene que ver con el borreguimos que está sufriendo la sociedad.

L

#30 Seguro que no sabe? Rubius es bilingüe en noruego y se desenvuelve perfectamente en inglés, Grefgh ni idea, pero como mínimo está escolarizado, tiene carnet de conducir y sabe moverse por todas partes. Lo que pasa que hacerse el tonto es una forma de llamar la atención y te hace sentir superior a un chaval que posiblemente mueva más dinero a lo largo de un mes que nosotros en varios años.
No es modelo de nada, pero cualquiera que haya conseguido ganarse las lentejas con un trabajo que disfruta es envidiable y bastante listo

e

#53 Conozco mucha gente bilingüe que cultura y educación poca, simplemente porque crecieron en un entorno donde hablan 2 idiomas. El ser bilingüe no necesariamente implica un alto nivel de educación. Hay países donde no es inusual gente con 3 idiomas, Luxemburgo por ejemplo. ¿Quiere decir eso que todos sus residentes son genios? Por supuesto que no. Luego estar escolarizado tampoco me dice nada, hay millones y no razonan más allá de lo que les ponen delante de sus narices los medios tradicionales, no tienen un pensamiento crítico ni analizan nada. No hace falta nada de eso por supuesto para ganarse las lentejas, puedes currar en mogollón de sitios diferentes sin necesidad de ser un lumbreras y hasta que te vaya bien y económicamente estés cómodo. Y en este caso de este influencer lo que dices de que no es modelo de nada, pues equivocado, justamente mogollón de chavales como te han dicho antes lo toman como lo más de lo más.

L

#54 Entonces diferencias lo que es aprender un idioma en la escuela de idiomas con su gramática y exámenes reglados a hablar perfectamente por haber nacido bilingüe, Hay un aprendizaje activo que te enseña reglas y ecuaciones y otro práctico en el que sabes calcular por experiencia y con herramientas que has construido para tu uso personal, hoy incluso un acueducto romano podría superar a uno actual de un ingeniero con su ordenador.

ayotevic

#4 pero no solo eso, también es más fácil dar a los mediocres lo que piden y ganarse sus votos.
Salir y decir que el bachillerato ha de ser duro y difícil, y que solo los mejores lo terminarán, no es popular ni quedas bien.

La meritocracia es facha por que es más fácil decir que todos el mundo es bueno y se merece todo.

GaiusLupus

#4 si ves los libros de 5⁰ de mi hija te pegas un tiro. Si tratas a los niños como amebas, crecerán como amebas.
Yo tengo un cabreo considerable pero
"es lo que hay" clap

d

#4 en realidad estos barros vienen de otros lodos. Hace más de una década Finlandia aparece el número uno en Pisa. Nos cuentan que hacen proyectos, que en sus aulas no hay mesas, ni paredes y que los críos eligen lo que quieren aprender. Y lo copiamos. El problema: no se puede copiar lo que funciona en un sitio con una población de determinadas características a otro con otras y todo lo que nos han contado de Finlandia es mentira, ni aprendían por proyectos, ni están en aulas grandes y sin paredes, ni los críos eligen lo que quieren aprender.

Es mucho más largo, pero a grandes rasgos es lo que pasó. Aquí algunos vieron el filón y se pusieron a vender homeopatía educativa que no ha mejorado ni los resultados, ni el fracaso escolar. El abandono sí, pero porque los institutos se convirtieron en guarderías de adolescentes, no en lugares donde reciben una formación (formación digo, porque la educación es lo que tienen que hacer sus padres).

stygyan

#4 no te confundas, el problema no es que siendo un inculto puedas ganar un dineral… es que teniendo estudios, no lo ganas.

d

#4 Para el carro hombre. Sabes que ese click es sarcástico no?

tresemediez

#22 deben de estar al borde de la extinción.

N

#22 Como en euskera

jonolulu

#1 Para indicar niveles educativos suelen referirse como BAC, BAC+3, BAC+5, BAC+7...

tdgwho

#6 y que?

jonolulu

#8 Que siempre dicen BAC, no Baccalauréat

jonolulu

#10 Dicen, oral. BAC

Eibi6

#10 o por que no les hace faltaroll

Nylo

#10 Terry Pratchett ya lo anticipó, con ese famoso mago incompetente suyo que ni siquiera sabía escribir 'mago' correctamente.

“ [Rincewind] a man who [...] also had 'Wizzard' written on his hat.”

rafaLin

#1 Yo terminé BUP sin saber lo que significaban las siglas, yo pensaba que bachillerato era una cosa antigua que estudiaron mis padres, para mí bup era bup.

tdgwho

#63 Pero ellos lo estudiaron en francés.

Ya hay que tener mala suerte lol

T

#63 "bup" es como ladran los perros catalanes.

jonolulu

Baccalauréat.

Dadme un doctorado

arturios

#5 Lo curioso es que etimológicamente viene a ser Baco Laureado, el dios del vino coronado de laureles, y un bachiller era dueño de un pequeño viñedo y... bueno, cosas raras de la historia de las lenguas.

ChukNorris

Han creado un sistema que sin titulo de bachillerato no acceden al mercado laboral ... Normal que lo regalen.

e

España tenía una de las tasas de fracaso escolar (gente que no termina la ESO o equivalente) más grandes de la OCDE, me preguntaba cómo podía ser esto si tampoco hay grandes diferencias en otros muchos aspectos con países del entorno.

Simplemente hemos ido rezagados en la solución que han aplicado la mayoría de países: regalar este título. Rebajarle su dificultad o invertar títulos alternativos "de broma" pero considerados equivalentes.

Uno de los principales problemas para no ver este problema, es que la derecha propone la privatización y la izquierda que el ser exigente es un agravio para los alumnos con menos recursos. Así que todos de acuerdo y todos contentos.

Apotropeo

Saver esqrivir vratxiyerato no es xeñal de nibel edukatibo.

Dramaba

#15 Entre los ojos...

c

#2 ¿esqrivir sin h y con q? No me seas hanalfaveto.

Quel

#36 En um tono ma colocial se dise culofabeto. Asi aorras tene k pensar en lache.

Aitor

He intentado leerlo pero me está resultando imposible, el translate está haciendo una traducción horrible y además duplica frases y párrafos. Y el bachillerato lo tengo pero de francés no tengo tanto nivel. lol

Mañana pruebo en ordenador.

noexisto

#17 pues a mi me pide registro

Aitor

#34 A mí también me pasó, probé a editar la URL para salir de la versión móvil (quité el 'm.') y me dejó leer. Bueno, me dejó leer en francés, en español eso era inviable.

PD: En Firefox en modo lectura se ve sin registro.

noexisto

#69 ya pero es que ando en iOs y el modo lectura no existe
(Tampoco he votado nada)

Nota: que bien estoy en mi casa con el móvil apagado lol

arturios

Esa es la teoría. Por desgracia, la realidad es muy distinta. Les daré un ejemplo de mi propia experiencia docente. Desde hace años, cuando pregunto a mis alumnos de Terminale générale, a los que enseño filosofía, si tienen intención de seguir estudios superiores después del bachillerato, más de la mitad de ellos dicen que no les interesa. Entonces, ¿quién les empujó hacia una corriente general? ¿Sus padres? ¿La sociedad? Sin duda, las responsabilidades son compartidas. Sea como fuere, se les ha dirigido por un camino que para muchos es un callejón sin salida. Creo que éste es el origen de casi todos los problemas. Para remediarlo, en lugar de tomar las medidas de sentido común que se necesitan, cada ministro idea su propia reforma de los estudios generales para adaptarlos a los supuestos gustos de los alumnos, dándoles la impresión de que pueden elegir lo que aprenden. El bachillerato Blanquer, por ejemplo, se vendió a la opinión pública con la idea de que los alumnos de secundaria serían más felices, estarían más realizados y más motivados porque por fin podrían elegir lo que querían aprender y estudiar. Lo que en sí mismo es totalmente contrario a la noción misma de educación. Como puede imaginarse, no se puede preguntar a un niño, ni siquiera a un adolescente, lo que debe aprender. Si les pones en esa situación, abdicas de tu propia responsabilidad como educador.

Usted ha destacado el hecho de que se hayan abierto de par en par las puertas del lycée y del collège bajo el pretexto de la igualdad, pero también el hecho de que hayamos acabado con un sistema en el que el título de baccalauréat se otorga a todos los alumnos. ¿Cree que la educación nacional se ha dejado llevar por el igualitarismo?

No hablaré necesariamente de igualitarismo, porque esa palabra es casi una declaración de intenciones. Tal como yo lo veo, se trata más bien de un proceso que se ha dejado desarrollar en pequeños pasos graduales y que, sin embargo, ha transformado profundamente -por no decir desfigurado- la escuela hasta convertirla en lo contrario de lo que es y debería ser. Aunque ha llevado su tiempo, este proceso no me parece el efecto de una intención o de una ideología, como tampoco puede atribuirse a una corriente política, ya que en realidad, a pesar de las alternancias entre la derecha y la izquierda, se trata básicamente de la misma política educativa que ha estado funcionando durante 40 años de desinstrucción y que ahora da lugar a que alumnos que han pasado quince años en los bancos de la escuela lleguen a la enseñanza superior sin dominar siquiera la lengua francesa. Es un escándalo. ¿En qué otro lugar aceptaríamos esto? ¿Por qué lo aceptan los franceses? Está claro que la responsabilidad es compartida entre la sociedad en su conjunto, los políticos y los responsables de la educación nacional.

La toma del poder en el sistema educativo francés por parte de los pedagogos hace 40 años se cita a menudo como la causa de la caída del nivel educativo. ¿Comparte usted esta opinión?

Yo diría que estas personas son más parte del efecto que de la causa. Si nuestras expectativas respecto a las escuelas no hubieran cambiado profundamente, no habrían podido alcanzar este nivel de éxito. La verdad es que los pedagogos se han beneficiado de un movimiento general que afecta no sólo a las escuelas, sino a todas las instituciones, y que se caracteriza por una pérdida de puntos de referencia y de sentido común. Básicamente, el pedagogismo es un conjunto de doctrinas, teorías pedantes y recomendaciones delirantes que dan la espalda al sentido común pedagógico. El pedagogismo se resume a menudo en la fórmula de que los alumnos deben ser los autores de su propio aprendizaje. Pero hay algo de verdad en ello, porque un alumno que aprende de memoria cosas que no entiende es evidente que no está siendo educado. Por tanto, tienen que ser capaces de concebir por sí mismos lo que se les enseña. Descartes ya decía esto, pero es un mensaje que ha sido completamente mal utilizado, porque el nivel de quienes han intentado aplicar y extender esta regla de sentido común es en sí mismo muy bajo, como veremos.

A menudo señalamos con el dedo al pedagogismo, y ahora los políticos están entrando en materia -como Macron recientemente en una entrevista sobre educación-, pero, ya que acabo de mencionar el nivel de pedagogismo, hay otro factor que no se destaca lo suficiente: la caída del nivel de los estudios universitarios. Tal vez sea ésta la verdadera causa, y aquí sólo puedo tocar el tema, pero veo que las ciencias humanas han proporcionado a mucha gente escasamente formada una especie de pensamiento prefabricado que les ha despojado de la modestia y la prudencia que se adquieren en una cultura clásica, las ciencias humanas y su vulgata -aunque no siempre es fácil distinguirlas-, dándoles la posibilidad y luego la costumbre de proyectar sus ideas aproximativas sobre la realidad. En mi opinión, el pedagogismo es uno de los efectos colaterales de esta evolución.

En su discurso, Gabriel Attal dijo que quería "construir una escuela que emancipe", utilizando un vocabulario típico de la izquierda. En la derecha, se señala que la escuela es ante todo un lugar de transmisión y de instrucción. ¿Qué opina de la idea de que la escuela debe ser un lugar de emancipación?

Decir que la escuela debe emancipar es poner el carro delante de los bueyes, ya que es precisamente la educación la que emancipa. Así que no podemos prescindir de la educación y, en consecuencia, del trabajo, incluso en su faceta más ingrata. La misión y la función de un profesor no es enamorar, y los adultos, en general, no están para adular a los jóvenes, a menos que dejen de comportarse como adultos. Personalmente, creo que la raíz del problema es la autoridad. Gabriel Attal, ya que se ha referido a su discurso, habló de su deseo de restaurar la autoridad.

Mencionó el tema de la autoridad, pero no mencionó ninguna medida concreta para restablecerla.

Exacto. Es un lenguaje típico. Por otro lado, en el mismo discurso, anunció como otra prioridad la lucha contra el acoso. Aquí tenemos un ejemplo de dos cosas contradictorias. Voy a decir algo que puede chocarles: el acoso no existe. Es un fenómeno inventado de la nada con esta palabra inapropiada y un tanto aterradora. En realidad, siempre ha habido maldad entre alumnos en la escuela. Hay que utilizar las palabras adecuadas. Ante estas groserías, el deber de los adultos es ser sensibles y responder con firmeza. ¿Por qué hay hoy problemas de acoso en la escuela? Porque hay una crisis de autoridad. Porque los adultos no están desempeñando su papel. Y porque algunos de ellos, hay que decirlo, carecen de esa sensibilidad elemental ante el sufrimiento ajeno que hace que, ante él, actuemos sin dilaciones y sin necesidad de una circular ministerial. Hablo aquí del maltrato que sufren los niños a manos de otros niños dentro del colegio, porque obviamente el ciberacoso, como se le llama, es decir, la maldad a la que se da rienda suelta en la red, es otra cosa y no la vemos, como la otra. La mayoría de los alumnos que son acosados en la escuela son también buenos alumnos y son acosados porque son buenos alumnos. Recuerdo haber participado en un programa de Pascal Praud en CNews en el que invitaba a los padres de un alumno que había sido acosado, es decir, insultado, perseguido y golpeado por otros alumnos. Fue un caso que saltó a los titulares cuando sus padres tuvieron que retirar a su hijo del colegio. En un momento dado, mientras todo el mundo escuchaba el edificante relato de los padres, interrumpí la discusión y les hice la pregunta que nadie les había hecho todavía: ¿de qué acusaban a su hijo los demás alumnos? Como era de esperar, obtuve la respuesta que esperaba: este alumno era un buen alumno. Y sus compañeros no le soportaban. Así que tengo la impresión de que estamos haciendo un gran escándalo sobre el acoso para evitar tratar el verdadero problema, que es que ya no hay disciplina, sentido común o autoridad en la escuela. Así que cada uno puede hacer lo que quiera. Ya no hay puntos de referencia y hemos empezado a negociarlo todo, empezando por las normas. Esto repercute luego en los trabajos, pues los alumnos ya no aprenden nada y no saben escribir. Al destruir las estructuras que todo ser humano necesita para construirse y crecer derecho, si se me permite la expresión, damos rienda suelta a la violencia. Tuvimos una ilustración muy elocuente de lo que digo hace unos años, cuando el hashtag "no waves" circuló por las redes sociales después de que un alumno de secundaria apuntara con una pistola simulada a su aterrorizado profesor y le gritara: "Si no apareces, te pego un tiro". ¡Parece que algo así se ha convertido en algo habitual en algunos lugares! ¿Cómo es posible que ocurran cosas así en las escuelas? ¿Y cómo se permite que ocurran? ¿A qué nivel de resignación se ha llegado?

Los alumnos ya no tienen los puntos de referencia que deberían tener, aunque son muy capaces de exigir sus derechos cuando quieren. Algunos dirán que la educación es la familia y la escuela es la instrucción. Es cierto que es mucho más fácil educar a alumnos bien formados. Pero la educación también tiene virtudes educativas, porque educar implica trabajo, paciencia y respeto a las normas. Y todo lo que forja el carácter, educa.

La injerencia de los padres, que, por ejemplo, se oponen al profesor cuando éste castiga a su hijo, es un problema que se plantea regularmente. ¿Qué papel desempeña esto en la crisis escolar?

El lugar que se da a los padres en la institución es una de las principales fuentes de las dificultades que encontramos ahora. La ley de 1989 introdujo la noción de comunidad educativa. Desde entonces, toda una franja de la profesión docente y sus sindicatos mayoritarios consideran a los padres como socios o, como les gusta llamarse, coeducadores. ¿Cómo pueden saber los alumnos cuál es su lugar si sus propios padres no saben permanecer en el suyo? Veo que

arturios

Como el artículo puede ser interesante, lo he pasado por DeepL:

René Chiche: "Hemos creado un sistema escolar en el que el bachillerato se concede a jóvenes que a veces ni siquiera saben deletrear la palabra bachillerato".
Por Etienne Fauchaire23-30 minutos 5/9/2023
Profesor de filosofía, René Chiche es también vicepresidente y portavoz del sindicato "Action et Démocratie - CFE-CGC", miembro del Conseil supérieur de l'éducation y autor de un libro titulado La désinstruction nationale, que publicará en 2019 Editions Ovadia. En esta amplia entrevista, descifra la conferencia de prensa celebrada el 28 de agosto por el nuevo ministro de Educación, Gabriel Attal, y critica los efectos de los titulares, antes de mirar más allá del bombo mediático para analizar los verdaderos problemas a los que se enfrenta la escuela y las soluciones que podrían remediarlos. La primera prioridad es volver a situar la educación en el centro de la agenda.

Etienne Fauchaire: Cuando escuchó la conferencia de prensa de Gabriel Attal al comienzo del nuevo curso académico, su primera reacción fue observar la ausencia de uso de la palabra "instrucción". ¿Qué significa esto para usted?

René Chiche: He señalado la ausencia de la palabra instrucción, en primer lugar porque el Ministro, en su conferencia de prensa, ha utilizado una expresión que me ha hecho saltar: el "choque de saberes". Esta frase, que procede del mundo de la publicidad, está totalmente en contradicción con lo que debería ocurrir en las escuelas. Escuela es una palabra que viene del griego skholè, que significa ocio. Es un lugar donde se nutre el intelecto y se le da el alimento que necesita, la verdadera cultura. Estamos, pues, en las antípodas de la expresión "choque de saberes" y, más en general, de cualquier comunicación rimbombante que pretenda hacer reaccionar en lugar de pensar. Pero preferir esta expresión a la noción de instrucción también fue muy revelador para mí. No me sorprende: el propio Gabriel Attal es un producto de este sistema en el que la educación se ha convertido en una mala palabra. En cuanto la dices, te tachan de conservador o reaccionario. Incluso dentro del sistema educativo francés. En el organigrama de la administración central, existe lo que a veces se llama el "número dos" del ministerio: el Dgesco (Director General de la Enseñanza Escolar). El Dgesco es el jefe de una administración que incluye una subdirección de educación. Imagínese. El Ministerio de Educación tiene una subdirección de educación, a pesar de que las escuelas son, por su propia naturaleza y definición, instituciones dedicadas a la educación. Así que, ya que hablamos de escandalizar, me hubiera gustado que el Ministro hubiera dicho, aunque fuera para escandalizar, que volvería a poner la educación en el centro de las escuelas.

El discurso de Gabriel Attal dio la impresión de querer distanciarse de la política seguida por su predecesor, Pap Ndiaye. ¿Cree que se trata sólo de un truco publicitario, o podemos esperar un cambio real?

Gabriel Attal dio la impresión de que la política del Gobierno iba a dar un giro de 180 grados. Se preocupó de distinguirse de su predecesor en términos de discurso. Sin embargo, esta actuación comunicativa oculta una realidad totalmente distinta. Durante el verano, una avalancha de textos cayó sobre el sistema educativo nacional, con numerosos decretos promulgados y publicados en el Journal Officiel para ser aplicados a partir del inicio del curso escolar 2023. Pero todos ellos fueron concebidos por la administración anterior. En realidad, Gabriel Attal se contentará con aplicarlos este año, y en el momento de su conferencia de prensa, aunque daba la impresión de un cambio total de política, todavía no había tomado realmente ninguna medida, y engañaba a su público haciéndole creer que las medidas ya tomadas traducían en hechos los cambios anunciados.

Esta conferencia de prensa ha sido ante todo un ejercicio de comunicación, y en cierto modo un éxito. En un momento en que la crisis escolar está muy arraigada, él y los periodistas, en una especie de dúo perfectamente afinado, se regodean en elementos del lenguaje y agitan toda una serie de temas que están haciendo correr mucha tinta: la abaya, el laicismo y el acoso escolar. No los considero falsos, pero el primer problema que debemos abordar es la reconstrucción de la escuela: después de todo, hemos conseguido crear un sistema escolar en el que el bachillerato se concede a jóvenes que a veces ni siquiera saben deletrear correctamente la palabra bachillerato. Y, a diferencia de otros, no me contento con decir que hacen falta más medios para solucionarlo todo porque, al contrario, si destinamos más dinero a la escuela sin cambiar de rumbo, en realidad estamos financiando lo que yo llamo la desinstrucción nacional.

El presupuesto nacional de educación es el mayor del país. Sin embargo, el nivel académico de los escolares franceses sigue bajando. Un punto reconocido por Gabriel Attal, que señaló en su discurso que casi uno de cada tres alumnos que entran en la clase Sixième no tiene un nivel suficiente en francés o matemáticas. ¿Cómo se explica esto?

Empecemos por lo básico: la escuela es, ante todo, profesores y alumnos. Mientras se cuente con excelentes profesores que dominen perfectamente su materia y mientras se les deje en paz, todo irá bien. Así es como se ha desarrollado la escuela en la realidad, sobre el terreno, por quienes la enseñan, formando desde hace décadas no sólo a las élites, sino también a personas de categorías sociales modestas que, sin embargo, están verdaderamente educadas. El objetivo de la escuela no es que todo el mundo llegue a ser abogado o médico, porque en eso consiste el éxito, sino dotar a todo el mundo de la capacidad de formarse un juicio sólido, claro y culto sobre todos los temas. Tengo muchos testimonios de franceses que, en los años cincuenta, aunque sólo hubieran llegado hasta el certificado de fin de estudios, pudieron sin embargo beneficiarse de una verdadera educación, visible a primera vista en la caligrafía o en el vocabulario utilizado en una simple conversación. Desde hace unos cuarenta años, el profesor, que era respetado y contratado para cumplir precisamente la misión de educar, ha visto cómo su profesión no sólo se desacreditaba, sino que se reasignaba a la resolución de problemas externos que competen a la sociedad. En consecuencia, a pesar del presupuesto nacional de educación y del considerable número de horas pasadas en la escuela, los alumnos aprenden ahora muy poco. Tenemos que hacer frente a esta realidad: la crisis de la contratación, que ya nadie puede negar, y la crisis de la formación profesional, que es aún más grave, son problemas importantes. Sólo cuando empecemos a contratar muy buenos profesores, a los que por fin se les permitirá desempeñar sus funciones en paz, mejorarán las cosas. De lo contrario, la situación educativa empeorará aún más.

¿Bastaría con contratar a profesores competentes que puedan desempeñar sus funciones con tranquilidad para remediar los males que aquejan a la escuela?

Esta es la primera y fundamental vía. Pero las cosas están tan mal que no se puede reconstruir de la noche a la mañana un cuerpo de profesores muy competentes y bien pagados. ¿Por qué no podemos hacerlo? Porque, a raíz de la llamada masificación de las escuelas a partir de finales de los años 60, sacrificamos un alto nivel de exigencia para gestionar el flujo. En nombre de la igualdad, se abrieron de par en par las puertas del collège y luego del lycée. En consecuencia, hubo que contratar profesores en masa. Mecánicamente, el nivel empezó a bajar, lo cual es bastante obvio de oír porque si, en una oposición, se contrata a los 100 primeros y luego a los 1000 primeros, el nivel medio no es en absoluto el mismo. Aunque no cuestiono esta masificación, legítima en una democracia, hay que hacerlo respetando la naturaleza de las cosas en lugar de darle la espalda y llamar a las cosas por su nombre. Es perfectamente posible, con un poco de inventiva, combinar masificación y excelencia.

Pongamos un ejemplo. Al principio existía un bachillerato único, hoy llamado bachillerato general. Luego vinieron las corrientes de bachillerato (literario, científico, etc.), después el bachillerato tecnológico y, en los años ochenta, el bachillerato profesional. Así que hoy hay tres vías, pero todo el mundo quiere seguir la misma. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las escuelas es que la vía general siempre se presenta, explícita o implícitamente, como el camino hacia el éxito, mientras que las vías tecnológica y profesional se presentan y se viven como vías de relegación, hacia las que los alumnos se dirigen por defecto. Pero, ¿qué es el bachillerato general? Contrariamente a la creencia generalizada, no es un fin en sí mismo, sino el primer título de la enseñanza superior. Esto significa que los liceos generales sólo deben admitir a estudiantes que prevean emprender estudios de larga duración y que, por tanto, tengan gusto por aprender. Por otra parte, el itinerario tecnológico permite a los estudiantes cursar estudios superiores cortos, mientras que el itinerario profesional les permite emplearse en cuanto hayan obtenido su diploma.

Esa es la teoría. Por desgracia, la realidad es muy distinta. Les daré un ejemplo de mi propia experiencia docente. Desde hace años, cuando pregunto a mis alumnos de Terminale générale, a los que enseño filosofía, si tienen intención de seguir estudios superiores después del bachillerato, más de la mitad de ellos dicen que no les interesa. Entonces, ¿quién les empujó hacia una corriente general? ¿Sus padres? ¿La sociedad? Sin duda, las responsabilidades son compartidas. Sea como fuere, se les ha dirigido por un camino que para muchos es un callejón sin salida. Creo que éste es el origen de casi todos los problemas. Para remediarlo, en lugar de tomar las medidas de sentido común que se necesitan, cada ministro idea

blodhemn

vachiyerato.

urannio

¿es culpa de los progresistas o de los conservadores? supuestamente los conservadores hubieran conservado lo anterior ¿no?

Or3

#21 El adobo sí que conserva.

H

#28 Bonita reflexión.

urannio

#28 #21 definitivamente hay aspectos en los que el beneficio está en añadir más que en cambiar. Y añadir es un reto mayor y un desafío más complicado si cabe, que cambiar simplemente. Sin embargo, la impaciencia o el miedo al aburrimiento de lo que no cambia lleva en algunos casos a empeorar y arruinar el legado anterior. Básicamente es una herencia del capitalismo que tiene dificultades para agregar valor en muchos casos y fuerza y estresa voluntades para mantener los ciclos consumistas. Somos un producto consumista distraído. Es decir, vivimos en la época de los refritos, cambiar por cambiar, falta de creatividad y olvido del legado y de la historia. Un patrón que se aplica también a la educación y a la política.

g

#21 Ya me dirás que tiene que ver las ideología políticas con la habilidad de los jóvenes para aprender y retener información, porque yo no le veo relación.

D

En España ya casi ni hay que aprobar para tener la ESO. A este señor le daria un infarto

samuelCan

Optimizamos miles de proceso y mantenemos la escritura de cuatro monjes que no tenían nada mejor que hacer. Lo de los gabachos ya es de órdago. Eau se pronuncia 'o'.

D

#24

arturios

El lugar que se da a los padres en la institución es una de las principales fuentes de las dificultades que encontramos ahora. La ley de 1989 introdujo la noción de comunidad educativa. Desde entonces, toda una franja de la profesión docente y sus sindicatos mayoritarios consideran a los padres como socios o, como les gusta llamarse, coeducadores. ¿Cómo pueden saber los alumnos cuál es su lugar si sus propios padres no saben permanecer en el suyo? Veo que algunos de los que yo llamo "padres profesionales", que llegan a discutir los planes de estudio y la organización y el contenido de la enseñanza, incluso en el Consejo Superior de Educación a través de sus representantes, so pretexto de erigirse en socios de los profesores, en realidad compiten con ellos cuando no quieren simplemente dictarles lo que deben hacer; ¡pues que hagan las oposiciones y se conviertan en profesores! Otro aspecto de este problema, del fenómeno de la desinstitucionalización de la escuela, es que ésta es percibida ahora por la mayoría de los padres como un servicio. Es más, la mayoría de los sindicatos, con excepción del mío, también hablan de la escuela como un servicio público y no como una institución. Y, sin embargo, no se habla del ejército, la policía o la justicia como servicios, sino como instituciones. Los alumnos no son usuarios, los padres aún menos, y yo sólo acepto alumnos en mi clase, tengan la edad que tengan. Ser alumno es ocupar un lugar. Una institución es ante todo algo que da un lugar a todo el mundo. La primera y más universal de todas las instituciones, como señaló Lévi-Strauss, es la prohibición del incesto. Sin una institución, habría mezcla de géneros, indiferenciación y, en última instancia, incesto. Como dije al principio de la entrevista, las escuelas son ante todo profesores y alumnos. Todo lo demás es un complemento o un obstáculo para esta relación. El padre profesional que interfiere en la relación entre profesor y alumno a la primera de cambio es un estorbo: no tiene nada que hacer en la escuela, aparte de causar daño. Para colmo, también hay directores que temen a los padres y se ponen inmediatamente de su parte en contra de sus propios profesores, cuando no son rectores o ministros que toman decisiones en previsión de lo que suponen que quieren los padres y de cuyos servidores se hacen ellos mismos. Fíjense con qué cautela hablan de introducir los uniformes en las escuelas a modo de experimentación y con la esperanza de obtener el acuerdo de la "comunidad educativa", cuando sería tan sencillo imponerlos.

Para concluir esta entrevista, ¿hay algo en particular sobre lo que le gustaría llamar la atención?

No creo que salgamos de ésta hasta que los ministros rindan cuentas. En cualquier organización humana, cuando hay personas que pretenden dirigirla, hay que pedirles cuentas. En este caso, nunca lo hacen. Los resultados del sistema educativo francés, que representa el mayor presupuesto de la nación, son un escándalo de Estado. Una vez que los ministros han dejado su cargo, se les deja solos, se olvidan de ellos, y el siguiente en la fila pasa a causar un gran daño antes de seguir su carrera en otra parte sin que nadie le moleste.

También creo que una de las primeras cosas que habría que hacer sería limpiar el debate sobre la escuela y, para ello, organizar un verdadero intercambio no entre políticos y periodistas -los periodistas a menudo no tienen los reflejos adecuados y no hacen las preguntas correctas cuando entrevistan a los ministros-, sino entre profesionales del sector y políticos para confrontar a estos últimos con la realidad. La palabra clave con la que me gustaría terminar es la palabra realidad. La política está en vías de reducirse a la construcción de un mundo paralelo, con la complacencia del sistema mediático, que da mucha importancia a las comunicaciones de los ministros. Pero esto no tiene nada que ver con la realidad, e inevitablemente las cosas siguen deteriorándose. Francamente, no veo cómo podremos detener este proceso si seguimos como hasta ahora.

¿Voluntad política?

Sí, por supuesto. Pero a nadie se le ha escapado que tenemos a un especialista en manipulación al frente del Estado, dispuesto a decir básicamente lo mismo que yo sobre la necesidad de acabar con la hipocresía sobre las escuelas, al tiempo que ilustra lo que denuncia. No es sorprendente que terminemos esta entrevista hablando de Emmanuel Macron. Él es el verdadero instigador de la política educativa. Se decide en el Elíseo, no en la rue de Grenelle. Pero nadie le dio un mandato para destruir el bachillerato o la formación profesional en régimen escolar, por ejemplo. Si los franceses votaran sobre propuestas concretas y no sobre el nombre de un candidato, nos sorprendería el resultado.

Rorschach_

¿Perdona?, en castellano y sin límite de edad estamos en un momento de ciscarse en la ortografía, en gran medida por lo latino.

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Baccalauréat parti.

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Teniendo en cuenta que figuras públicas adultas se vanaglorian y hacen ostentación de su necedad, en lugar de avergonzarse y escuchar en silencio a los que saben, no se puede esperar menos de los jóvenes. Abajo es un reflejo de arriba.

G

René Chiche: He señalado la ausencia de la palabra instrucción, en primer lugar porque el Ministro, en su conferencia de prensa, ha utilizado una expresión que me ha hecho saltar: el "choque de saberes". Esta frase, que procede del mundo de la publicidad, está totalmente en contradicción con lo que debería ocurrir en las escuelas. Escuela es una palabra que viene del griego skholè, que significa ocio. Es un lugar donde se nutre el intelecto y se le da el alimento que necesita, la verdadera cultura. Estamos, pues, en las antípodas de la expresión "choque de saberes" y, más en general, de cualquier comunicación rimbombante que pretenda hacer reaccionar en lugar de pensar. Pero preferir esta expresión a la noción de instrucción también fue muy revelador para mí. No me sorprende: el propio Gabriel Attal es un producto de este sistema en el que la educación se ha convertido en una mala palabra. En cuanto la dices, te tachan de conservador o reaccionario. Incluso dentro del sistema educativo francés. En el organigrama de la administración central, existe lo que a veces se llama el "número dos" del ministerio: el Dgesco (Director General de la Enseñanza Escolar). El Dgesco es el jefe de una administración que incluye una subdirección de educación. Imagínese. El Ministerio de Educación tiene una subdirección de educación, a pesar de que las escuelas son, por su propia naturaleza y definición, instituciones dedicadas a la educación. Así que, ya que hablamos de escandalizar, me hubiera gustado que el Ministro hubiera dicho, aunque fuera para escandalizar, que volvería a poner la educación en el centro de las escuelas.

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Si si, vale, pero dominan la critical theory, son superinclusives y darian un speech postmoderno que dejaria a nivel de juguete a los espumarajos de Herbert Marcuse, todo ello a las 5 de la tarde, despues de la penectomia ( o mastectomia o vaginoplastia o como se llame, la cosa es ser inclusives ) y la dosis de acetato de ciproterona.
En fin, triste lo que nos estan haciendo.  

G

Pongamos un ejemplo. Al principio existía un bachillerato único, hoy llamado bachillerato general. Luego vinieron las corrientes de bachillerato (literario, científico, etc.), después el bachillerato tecnológico y, en los años ochenta, el bachillerato profesional. Así que hoy hay tres vías, pero todo el mundo quiere seguir la misma. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las escuelas es que la vía general siempre se presenta, explícita o implícitamente, como el camino hacia el éxito, mientras que las vías tecnológica y profesional se presentan y se viven como vías de relegación, hacia las que los alumnos se dirigen por defecto. Pero, ¿qué es el bachillerato general? Contrariamente a la creencia generalizada, no es un fin en sí mismo, sino el primer título de la enseñanza superior. Esto significa que los liceos generales sólo deben admitir a estudiantes que prevean emprender estudios de larga duración y que, por tanto, tengan gusto por aprender. Por otra parte, el itinerario tecnológico permite a los estudiantes cursar estudios superiores cortos, mientras que el itinerario profesional les permite emplearse en cuanto hayan obtenido su diploma.
...

G

#60 ... Esa es la teoría. Por desgracia, la realidad es muy distinta. Les daré un ejemplo de mi propia experiencia docente. Desde hace años, cuando pregunto a mis alumnos de Terminale générale, a los que enseño filosofía, si tienen intención de seguir estudios superiores después del bachillerato, más de la mitad de ellos dicen que no les interesa. Entonces, ¿quién les empujó hacia una corriente general? ¿Sus padres? ¿La sociedad? Sin duda, las responsabilidades son compartidas. Sea como fuere, se les ha dirigido por un camino que para muchos es un callejón sin salida. Creo que éste es el origen de casi todos los problemas. Para remediarlo, en lugar de tomar las medidas de sentido común que se necesitan, cada ministro idea

b

Y desde que salió el wacha, cada vez mucho peor, de una frase de cuatro palabras, tres están mal escritas.

Cada vez más analfabetos.

KevinCarter

Rubius, ¿eres tú?