A partir de las controvertidas investigaciones del doctor Robert G. Heath, se descubrió que la personalidad humana podía modificarse a través de descargas eléctricas en determinadas zonas del cerebro. Sus experimentos pasaron a la historia como un delirio, pero en la actualidad se están empleando esas técnicas, la estimulación cerebral profunda, para tratar a enfermos de Parkinson y otras dolencias. Lo que abre la puerta a que, como la cirugía estética, también se pueda operar el cerebro a la carta.
Comentarios
Esto se usa ya. A veces tiene éxito y a veces no. Supongo que se referirán a técnicas más avanzadas y precisas. La que yo conozco son pulsos electromagnéticos focalizados en áreas concretas. Hace un ruido espantoso. Suele provocar amnesia/dolores/mareos pero para depresión suele ser efectivo igual que el TEC aunque el sea solo de manera temporal y obviamente es mucho menos bruto que éste. Y cuesta bastante más.