No debió ser fácil querer a Juan Goytisolo, sentir algo más cálido que el respeto temeroso ante esa mezcla escalofriante de distancia altiva y frágil timidez que mostraba al trato. Pero tampoco es fácil dejar de sentir fascinación por una historia llena de contradicciones y de transgresiones que el propio Goytisolo contó en sus dos libros de memorias, saltando en la narración de la primera a la segunda persona.
Comentarios
AEDE.
Tampoco es fácil querer a un AEDE.
Hmmm, grifa