Vamos a imaginar que no somos humanos, somos hormigas y vivimos en Hormiguilandia, el mundo de las hormigas, un mundo subterráneo, donde las hormigas vivimos en galerías excavadas en el suelo (eso es fácil de imaginar, como todas las hormigas hacen :) )... (Parte 2 al final del texto).
Ufff, yo desde luego ayudaría a Pitagorina. Porque está PROBADO que el agua transforma la tierra en barro y debilitaría la estructura. La fábula, por tanto, no tiene nada que ver con la situación actual con el cambio climático. Porque NO ESTÁ PROBADO que el aumento de temperaturas vaya a ser el que dicen que será, ni que vaya a ser más perjudicial que beneficioso para la vida en nuestro planeta o la nuestra propia.
Cambiemos la fábula de las hormigas, para que de verdad se parezca a lo del cambio climático. Hagamos que en vez de emitir gotitas de agua, sus máquinas emitan CO2. Y que Pitagorina opine que con 450ppm de CO2 se derrumbará el hormiguero... porque sí, a pesar de contar con registros históricos de hormigueros que no se derrumbaron y estaban más fuertes que nunca con concentraciones más de 10 veces más elevadas. Hagamos, además, que se sepa que con más CO2 crece mejor y más rápido la comida de las hormigas. O mejor aún, que las máquinas emitan Argón, gas noble que no se asocia con ningún elemento conocido en la naturaleza, y que es 25 veces más abundante que el CO2. Hagamos que el miedo de Pitagorina sea por tanto irracional, no basado en los datos existentes, sino en un modelo de ordenador que se sabe defectuoso pero al que le tiene demasiado cariño como para admitirlo. ¿Ya? Pues eso es el alarmismo sobre el cambio climático.
Comentarios
Ufff, yo desde luego ayudaría a Pitagorina. Porque está PROBADO que el agua transforma la tierra en barro y debilitaría la estructura. La fábula, por tanto, no tiene nada que ver con la situación actual con el cambio climático. Porque NO ESTÁ PROBADO que el aumento de temperaturas vaya a ser el que dicen que será, ni que vaya a ser más perjudicial que beneficioso para la vida en nuestro planeta o la nuestra propia.
Cambiemos la fábula de las hormigas, para que de verdad se parezca a lo del cambio climático. Hagamos que en vez de emitir gotitas de agua, sus máquinas emitan CO2. Y que Pitagorina opine que con 450ppm de CO2 se derrumbará el hormiguero... porque sí, a pesar de contar con registros históricos de hormigueros que no se derrumbaron y estaban más fuertes que nunca con concentraciones más de 10 veces más elevadas. Hagamos, además, que se sepa que con más CO2 crece mejor y más rápido la comida de las hormigas. O mejor aún, que las máquinas emitan Argón, gas noble que no se asocia con ningún elemento conocido en la naturaleza, y que es 25 veces más abundante que el CO2. Hagamos que el miedo de Pitagorina sea por tanto irracional, no basado en los datos existentes, sino en un modelo de ordenador que se sabe defectuoso pero al que le tiene demasiado cariño como para admitirlo. ¿Ya? Pues eso es el alarmismo sobre el cambio climático.