Pocos sabemos verdaderamente cómo funciona el Salón, esta máquina institucional que labra reputaciones como la de Meissonier, mientras hunde en el fango y en la miseria a los exquisitos Delacroix y Corot, los audaces Courbet y Chavannes o los controvertidos Manet, Monet y el resto de la banda impresionista. En el año 1861 se introduce un gran cambio: las obras de arte se cuelgan en las consabidas categorías de pintura y escultura a lo largo y ancho de 38 salas de manera alfabética de acuerdo con el apellido de cada artista.
Comentarios
Excelente y entretenido artículo
Con todo, Manet no es el artista más rechazado de la larga y polémica historia del Salón. ¿El lector se imagina quién?
Apostaría por Cézanne.
#1 Fantástico. No conocía a su autor, Paco Barragán (impresionante currículum, por cierto), pero me apunto el resto de artículos en el must-read.
Magnífico artículo, gracias