¿Quién pudo ser capaz de pegar un portazo al despacho de Ron Dennis y hacer saltar por los aires su puerta de cristal? ¿Y que luego recibiera una llamada del propio Dennis, tres días después, para ofrecerle sus propios abogados para que no se la ‘metieran doblada’ en su nuevo trabajo dentro de la Fórmula 1 en Ferrari?
Comentarios
Bien, por fin una historia fuera del maldito coronavirus. Interesante y vital, y amena. Para los aficionados al mundo del motor, perfecta.
El campechano?
No conocía esta historia, interesante!!
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