Hace 5 años | Por --602082-- a blocs.xtec.cat
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En los 90 del pasado siglo, el escritor James Finn Garner dio una nueva redacción a diversos cuentos infantiles según los patrones de la corrección política. Esta es la versión de Caperucita. Relacionada: "Los bibliotecarios critican que se retire de la escuela ‘La Caperucita’ por sexista" https://www.meneame.net/go?id=3112270 "La escuela Táber de Barcelona aclara que no ha retirado La Caperucita Roja" https://www.meneame.net/go?id=3112358

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D

En la España de Franco la corrección política exigió que fuese "Caperucita encarnada" nada podía ser rojo. La ensaladilla rusa era "Ensalada imperial". Un chiste de por ejemplo un enano castrado con voz de pito era cuando menos motivo de carcel cuando no de "paseillo".

Todas las épocas han tenido normas de corrección política. Es el cambio de estas normas adecuandolas a las nuevas realidades sociales lo que nos choca y subleva a la parte más conservadora de la población. Abrase visto injusticia que ya no puedan hacerse chistes de gangosos y mariquitas, que sería hoy día del pobre Arévalo.

La madrastra de Blancanieves era la mujer del rey puesto que Blancanieves era princesa. Pero era la madrastra, nunca la reina. Reyes y príncipes siempre eran buenos.

En cambio la segunda esposa de un hombre siempre era una malvada madrastra que frecuentemente llegaba a atentar contra la vida de los hijos de su marido previos al matrimonio.

El cuento de Caperucita roja es claramente una advertencia a los niños para que no vayan a lugares donde puedan sufrir abusos sexuales. El lobo disfrazado de abuelita avisa que el depredador sexual puede ser un familiar. Pero ni se plantea llamar a las cosas por su nombre como tampoco es concebible que el lobo diga misa.

Esta monstruosidad fue emitido en el especial noche vieja de 1991 y solo cuatro locas feminazis lo encontraron ofensivo.