«Había sido acusado de colaboracionista y le incautaron sus propiedades. Por eso, Alberto Pizzinato solo pudo refugiarse en la España de Franco. Para entrar, aseguró que era futbolista profesional, delantero de la selección italiana. Eso no solo le abrió las puertas al país, sino que le sirvió para fichar por el Español de Barcelona. Sin embargo, durante los entrenamientos, se negaba a tocar el balón. Cuando por fin le obligaron, descubrieron que ese hombre no era futbolista»
Comentarios
Pero si con decir que era fascista ya entraba por la puerta grande.
Menuda manera de complicarse la vida
#1 Llevan la mentira en el ADN
#1 pero no ves que los fascistas se ofenden si les llamas fascistas?
De la wikipedia: El italiano cada vez que le intentaban robar el balón se tiraba al suelo, esa maniobra fue bautizada en su honor, Pizzinato. Con el tiempo se fue popularizando y acabó castellanizándose como "piscinazo".
Os pondría el enlace a la wiki, pero estoy desde el móvil y me cuesta un montón tener que inventarme una entrada en ella para seguir con la broma
P.D.: un saludo a los que habéis llegado hasta aquí
#5 interesante, si fuera verdad.
Pizzinato se hospedó en la casa de Crisanto Bosch, ex centrocampista del Espanyol y de la Selección, y poco a poco, a base de filetes, tortillas y paellas fue recuperando el peso suficiente como para incorporarse a los entrenamientos de su nuevo equipo. Pizzinato entrenaba solo haciendo carrera continua, gimnasia y estiramientos pero nunca, nunca, lo hacía con balón. Cada vez que se le proponía realizar ejercicios que requiriesen rematar, pasar, controlar o conducir, e incluso participar en alguna que otra pachanga, se negaba pidiendo perdón y poniendo algún tipo de excusa. Se había negado incluso a participar en un encuentro amistoso ante el Granollers. Pasados dos meses de su fichaje, Pepe Espada, entrenador perico por aquel entonces, consideró que había llegado el momento para demostrar sus condiciones y le pidió que formase parte del típico partidillo entre titulares y suplentes. No era la primera vez que lo hacía, pero fue la última. El italiano, como tantas otras veces, se disculpó y se negó, pero Pepe Espada insistió y terminó obligándolo a jugar. Fue el comienzo del final de la carrera de Alberto Pizzinato como futbolista.
Lo ficharon sin ver como hacía un solo toque de balón.
«colaboracionista fascista»
Eso es un equidistante, ¿no?
Cosa imposible de ser si no lo organizan los fascistas españoles.
La ración de noticias fascistas/ nazis diaria de meneame
El abuelo de Joaquín
#7 Si me dices Pepe Reina o Roberto Soldado te lo compro, ¿pero Joaquín? Qué fácil es repartir el carnet de fascista algunas veces...
#8 Coño si tiene la misma cara miralo
#9 “No he jugao al futbol en mi vida Hulio!” Respondió cuando se dieron cuenta de que no era futbolista