Publicado hace 4 años por --584178-- a facebookmira.blogspot.com

María Montessori enseñaba a los niños desde las ocho de la mañana hasta las siete de la noche; nunca tomaba vacaciones.
Esos dos años de trabajo continuo con los niños le dieron lo que ella consideró como su verdadero título de pedagogía: “estos dos años de práctica son mi primer y mejor ganado título en pedagogía” (Montessori, 1937: 34; Standing, 1962: 29).
A partir de este evento, se convirtió en una maestra como su padre había pretendido años atrás, pero una maestra diferente a las tradicionales, una maestra con gran respeto hacia los niños y con una gran capacidad de observación que le permitía conocer las necesidades de éstos para un fácil aprendizaje (Schwegman, 1999: 80; Romero, 1993: 26).

Ella misma se sentaba a trabajar con cada niño el material que les había preparado con anterioridad y los alumnos del asilo pudieron aprender a leer, escribir y a contar.
La gente lo vio como un milagro, pues nunca creyeron que esos niños deficientes tuvieran capacidades para aprender.
Los logros de María Montessori fueron resultado de la confianza que les brindó, así como de las oportunidades para trabajar (Montessori, 1937, 38; Romero, 1993: 27).