Hace 3 meses | Por JohnnyQuest a elpapel.es
Publicado hace 3 meses por JohnnyQuest a elpapel.es

Cuando en el confort de un territorio seguro se observan las imágenes de las derivas brutalizadoras que algunos estudiosos han denominado “desaprendizaje de la civilización” o “aprendizaje de la inhumanidad”, uno toma conciencia de la inanidad de las palabras. Cuando, además, la brutalidad está repartida y los actores responsables han elaborado poderosas narrativas de matriz identitaria, la dificultad de sortear el fuego cruzado de los argumentos desenvainados suma motivos para la disuasión de la voz.

Comentarios

c

Recomendable y denso artículo.

JohnnyQuest

Las simetrías señaladas no equivalen a un veredicto de equivalencia. El repertorio narrativo señalado no es el único argumento que pone de manifiesto la desigual responsabilidad de los diferentes actores. El análisis histórico ofrece datos concluyentes al respecto. El primero de ellos es que Israel se distingue por el incumplimiento generalizado de las resoluciones de Naciones Unidas que le afectan, la mitad de todas las emitidas desde la creación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El uso del derecho de veto por Estados Unidos y el apoyo incondicional de Alemania por su responsabilidad histórica han contribuido a difundir una sensación generalizada de impunidad. La insistencia de muchos gobiernos occidentales en el derecho de Israel a defenderse ha sido recibida por el gobierno de Netanyahu como una patente de corso. La calificación por el Ministro de Asuntos Exteriores, Elie Cohen, del Secretario General de Naciones Unidas como “un peligro para la paz mundial”, por activar el artículo 99 de la Carta Fundacional para pedir al Consejo de Seguridad un alto el fuego ilustra esta convicción.

La desproporción de los daños en Gaza, la destrucción de vidas y haciendas civiles, incluidos centros hospitalarios, escuelas e instalaciones de Naciones Unidas, responden a las premisas eliminacionistas de la doctrina Dahiya en las antípodas del Derecho Internacional Humanitario.

Pero el legado más indefendible de la trayectoria histórica de Israel es el de la ocupación, que, iniciada por un gobierno laborista, ha tenido como consecuencia convertir al Estado de Israel en rehén del extremismo colono. La ocupación es una verdadera gangrena, destruye la vida y la dignidad de los palestinos de Cisjordania pero también la fibra democrática de Israel, convertido en una etnocracia tras su conformación como un Estado judío. Esta deriva responde a la ilusión supremacista del sionismo de que un estado judío puede ofrecer seguridad a sus ciudadanos sin resolver el estatus de la población no-judía sujeta a un control indefinido del estado y a la violencia indiscriminada de los colonos, con la aquiescencia cuando no colaboración del gobierno. Los acuerdos de Abraham convalidan este estado de cosas.

Las muertes (300 desde el 7 de octubre) y atropellos cometidos en Cisjordania mientras el foco está en Gaza ilustran esa corriente autoritaria profunda que corroe Israel y se refleja en la militarización del pensamiento. Por poner un ejemplo, el 24 de mayo del mismo 2023, tras el acoso ininterrumpido de los colonos los últimos palestinos abandonaban el pueblo de Ein Samiya; sus doscientos habitantes se vieron obligados a dejar sus casas y tierras ante los continuos ataques; una suerte compartida por otras aldeas palestinas y cuyo objetivo, formulado explícitamente por miembros del gobierno ─“es un error, dijo el líder ultra de los colonos y Ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, que Ben-Gurion no terminara la tarea y os expulsara en 1948”, “estamos combatiendo contra animales humanos”, remachaba su colega de Defensa, Yoav Gallant─ es preparar el camino para una segunda Nakba (David Shulman, “Heading toward a second Nakba”, The New York Review, 19/10/2023). La ‘transferencia de población’ es el eufemismo para ‘limpieza étnica’. Un total de 1.105 personas de 28 comunidades han sido desplazadas de sus localidades desde 2022 a causa de la violencia de los colonos,según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

JohnnyQuest

#1loborojoloborojo, este es el periódico de los que hemos estado hablando. Juzga por ti mismo.

g

Resumiendo: "Las banderas son el mejor distractor para los desmanes con la cartera." Y con las armas también, añado. Como conclusión: todos son unos hijos de puta, pero unos pueden serlo más que otros por su poder económico... el político y el militar simples apéndices de este.