Pues sí, las empresas tecnológicas españolas tenemos una gran desventaja frente a otras TIC extranjeras que ofrecen servicio en España y por las leyes españolas no tienen que incluir el IVA.
El tema del IVA no es tan sencillo. Se factura con IVA o sin él en función del bien, si estás dado de alta en el ROI o no y un largo etcétera de casuísticas.
A las empresas les importa un pito pagar el IVA a la empresa suministradora o pagárselo a hacienda cuando hacen la liquidación trimestral de IVA, el resultado final para ellas es el mismo.
La única ventaja que pueden tener es que el IVA a hacienda se paga al final del trimestre y así lo tienen en caja unos meses mas., tres como máximo.
Sin embargo también les puede resulta ventajoso descontar el IVA de una empresa nacional, en la declaración trimestral, sin haberlo efectivamente abonado a la empresa facturadora, de esta forma pueden aguantar ese dinero en caja un tiempo ilimitado.
#3 Bueno, creo que el problema es de precing. Al final el usuario final que no se puede descontar el IVA acaba pagando un 21% más si lo contrata a una empresa española.
Comentarios
Pues entonces llévate tu empresa TIC al extranjero para operar en España en igualdad de condiciones. Yo lo haría (si tuviera una empresa TIC, claro).
El tema del IVA no es tan sencillo. Se factura con IVA o sin él en función del bien, si estás dado de alta en el ROI o no y un largo etcétera de casuísticas.
A las empresas les importa un pito pagar el IVA a la empresa suministradora o pagárselo a hacienda cuando hacen la liquidación trimestral de IVA, el resultado final para ellas es el mismo.
La única ventaja que pueden tener es que el IVA a hacienda se paga al final del trimestre y así lo tienen en caja unos meses mas., tres como máximo.
Sin embargo también les puede resulta ventajoso descontar el IVA de una empresa nacional, en la declaración trimestral, sin haberlo efectivamente abonado a la empresa facturadora, de esta forma pueden aguantar ese dinero en caja un tiempo ilimitado.
#3 Bueno, creo que el problema es de precing. Al final el usuario final que no se puede descontar el IVA acaba pagando un 21% más si lo contrata a una empresa española.