En la quinta planta del número 25 de la bulliciosa calle de la Princesa, en el centro de Madrid, se encuentra Más que silencio, un amplio espacio casi vacío con grandes ventanales que miran al exterior, abierto a todo aquel que desee desconectar del ruido de la ciudad. Ofrecen clases programadas donde enseñan a la gente a iniciarse en la meditación silenciosa, pero también hay otras donde las personas van libremente para vivir el silencio con sus propias herramientas.
Comentarios
De hecho, cuando voy a restaurantes caros lo que más disfruto no es la comida sino el ambiente de tranquilidad.
Así que sí.
Y lo curioso del asunto es que no pegar voces sale gratis sale gratis, así que el silencio es un lujo del que se podría disfrutar en los restaurantes asequibles, si al común de los mortales le diera la puta gana.
Pero bueno, que se puede pedir de una sociedad que hasta hace poco no consideraba una falta de educación molestarte con el humo del tabaco. Difícilmente pensarán que es una falta de educación molestarte con el ruido.
El concepto es "tengo derecho a ser ruidoso, si te molesta te jodes"
#3 y además se creen con el derecho a mooestar porque “ellos pagán por comer allí”, como si el resto de comensales comiese grátis.
Una vez un hombre que montaba el espectaculo fue reprendido por un encargado y el tipo contestó: “es que yo hablo fuerte!” Como si eso, en alguna cabeza, pudiese justificar que todo el restaurante tuviese que oir sus sandeces.
#5 Ahora mismo: tengo que coger el bus, no hay tren. Una pareja de gañanes van a mi lado, con móviles grandes, el bola a pelo...Al rato los monsters se quitan la mascarilla. Pues se lo dije y clarito, y se la pusieron. Un "grr" pero se la pusieron.
#3 prueba a hacerlo en el teatro.
#3 el problema es que el común de los mortales son una panda de maleducados
#7 Totalmente de acuerdo, carne de Sálvame...
#7 me estoy cortando con estos comentarios tan afilados
#3 pero si la gente habla en el teatro, en el cine, en la ópera... en los restaurantes directamente berrea.
Decía mi abuela que seremos iguales pero gracias a dios todavía hay clases y resulta que la mujer tenía razón. No es cuestión de tener dinero, es cuestión de tener educación y saber estar. Eso diferencia a la purria del resto.
#12 una duda, tu abuela se refería a iguales como personas o, a igual de pobres que en su época?
#16 en la guerra ella vivía en un país que nunca ha sido pobre, así que se refería a derechos y obligaciones.
La naturaleza no es silenciosa, lo que ocurre es que el humano está tan acostumbrado a las estridencias que ha perdido el oído para percibir el vuelo de la libélula
Que se lo digan a Tarzán
Publirreportaje
#1 Pues tiene a livistong y más ilustres meneantes.
Añádele los ladridos de perros.
El bosque sabe esperar.
Unos buenos tapones para los oídos y listo.
Parece el típico sitio dónde hacer networking mientras meditas el tao con los CEOs del Guanex35. Debe costar un ojo de la cara.
Una de las cosas que más me gustan de nuestros vecinos, los portugueses, es su tranquilidad y educación. Entras en muchos bares y aunque haya bastante gente, se suele tener un ambiente silencioso y tranquilo.