Calvin Sun acababa de llegar a Corea del Norte, después de descubrir un operador turístico que le ofrecía un viaje a uno de los lugares más inexplugnables del mundo. Era una oportunidad irrechazable y, como tal, quiso aprovechar para descubir todo lo posible de un país difícilmente accesible: alojado en el Yanggakdo Hotel, pronto iba a descubir algo extraño: ¿por qué no había quinta planta en el establecimiento? Años después, un nombre le vino a la cabeza: Otto Warmbier.
Comentarios
Sinceramente, si quisiese que alguien no se bajase en la quinta planta, pondria el boton del 5º pero el boton te llevaria a las 6º
No se enteraria ni dios.
Hay pocas cosas tan tontas como intentar esconder algo poniendo una secuencia de numeros y saltandote uno.
aun recuerdo hace muchos años en USA (ya había acabado la 2GM que te veo venir) en un hotel que aun mantenía ascensor manual de poleas con operador dentro y se saltaban el piso 13, ni existía en los indicadores ni en las plantas, el verdadero piso 13 estaba marcado como 14. Estan locos estos romanos
me recuerda a los hoteles de la antigua URSS donde en cada planta había un funcionario o funcionaria (del KGB) encargada de controlar quien iba a cada habitación y lo que hacían en ellas. No se te ocurriese salir de tu habitación e intentar ir a otra que no fuese al tuya. Una sola mirada y el ojete se te cerraba de tal modo que no te entraba ni el pelo de una gamba
#3 yo se que apuntaban quien entraba a que habitación, pero no que hacían en ellas... al menos para los turistas.
#4 en el Hotel Nacional, en Moscú, no dabas un paso sin tener a nadie siguiendote. Un verdadero ejercito de trabajadores en todos los rincones del hotel. decenas de botones, ascensoristas, limpiadoras que no hacian otra cosa que seguir a los pocos turistas extranjeros. Y te aseguro que las habitaciones estaban controladas