Publicado hace 5 años por juanjo.ortizcruz a periodistadigital.com

¿Qué le ocurrió para ocultar a los estadounidenses uno de los periodos más oscuros y sangrientos de la historia, cuando el resto de cabeceras del mundo sí que daban cuenta de ello? ¿Por qué renunció a la verdad?

Comentarios

O

Periodista Digital. Vaya tela, en serio.

D

#3 Por definición, noticia sensacionalista.

woody_alien

Que lastima, no existe el voto "basura". Hacía tiempo que no leía un panfleto tan repugnante.

p3riko

Que dices loco!! Si el comunismo no realiza genocidios, eso es cosa de fascismos!!!

D

[...]
Un prestigio que fue en aumento con sus crónicas durante los primeros seis años de vida de la URSS, hasta que Stalin aplicó su primer plan quinquenal (1928-1932).

El objetivo: imponer sobre el campesinado la completa colectivización de sus tierras. Fueron precisamente los artículos publicados sobre las excelencias de esta transformación radical de las estructuras económicas y sociales de las repúblicas socialistas -en 1930, más del 90% de las tierras agrícolas ya estaban colectivizadas y los hogares rurales convertidos en granjas comunales- lo que le valió a Duranty el Pulitzer en 1931.

No cabe duda de que la postura adoptada después por Duranty, convertido en uno de los periodistas más influyentes de su tiempo, y cuyas crónicas eran publicadas también en España, fue enormemente útil para el régimen soviético. Una herramienta perfecta para mejorar su imagen en el exterior, atendiendo a las preocupaciones del propio Stalin.

Numerosos fueron los casos de pueblos y granjas colectivas montadas como teatros, incluso con actores, para engañar por completo a ilustres visitantes extranjeros.
Es el caso del primer ministro francés, Edouard Herriot, del arzobispo de Canterbury y del mismo Bernard Shaw, el famoso y polémico dramaturgo irlandés que visitó la URSS durante una de sus peores hambrunas y decidió descartarla con un comentario de lo más frívolo: «¡Nunca he comido tan bien como durante mi viaje a Rusia».

No hizo falta con el reportero del «New York Times». Stalin supo ganárselo con el tiempo, haciendo todo lo posible para garantizar que tuviera una calidad de vida muy alta en Moscú y perdiera el interés por contar la tragedia que vivía el resto de la población.

Le proporcionaron una vivienda enorme y un lujoso automóvil con chófer para que paseara a su amante rusa. Le concedieron el mejor acceso a la información del Estado (la que interesaba difundir) y pudo entrevistar a Stalin hasta en dos ocasiones. Un privilegio que no estaba al alcance de nadie. La última de ellas, en diciembre de 1933, fue recogida en España por el diario « La Nación», sin que en ella se atisbara la más mínima crítica al gobierno bolchevique ni rastro de sus atrocidades.

La cobertura que hizo Duranty sobre aquella gigantesca carestía, primero, y sobre el periodo conocido como el «Gran Terror», después, convirtió a la Unión Soviética en un país idílico en las páginas del diario más influyente de la democracia más poderosa del mundo. Los supuestos reportajes de investigación del «New York Times» no se distinguían en nada de los publicados por los serviles periódicos comunistas, ya fueran estos occidentales o soviéticos.

Y aunque él mismo Duranty había afirmado en alguna ocasión que «el periodismo trataba de encontrar una buena historia y contarla de la manera mejor posible», parecía que allí ya no las veía. No había denuncias que comprobar. El corresponsal había decidido apostar por Stalin, del que fue muchas veces huésped, y no le quedó más remedio que ignorar sus crímenes para conservar su reputación. Vio sólo lo que quería ver, sucumbiendo a las tesis socialistas más que a lo que ocurría delante de sus ojos.


#0. Gracias por el envío, muy esclarecedor.
Aunque esto supongo que ya sabrás que no tiene la más mínima probabilidad de salir a flote en MenéamElMarxismo, ¿verdad? lol

¡Menudos pájaros el Duranty, y también el consejo de redacción del NYT...! lol
En el mejor de los casos, al Duranty éste debió de helársele la sangre cuando cayó de la burra (sólo para sus adentros) y comprobó que había sido el mejor tonto útil para la propaganda soviética en Occidente y agente de desinformación del stalinismo para ocultar sus atrocidades.

Yo particularmente, me pongo en el peor. NYT ha demostrado en repetidas ocasiones la clase de periodismo manipulador y corrosivo para la verdad que es. Y la realidad Española ha sido otra víctima suya en varias ocasiones, como bien menciona el artículo.

juanjo.ortizcruz

#6 Gracias por tu comentario. Es muy esclarecedor.

malvadoyrarito

Me he intentando leer el artículo. Pero está desordenado. Es confuso parece que va a hablar de un tema para terminar hablando de otro. No sabes a donde quiere llegar. Así que voto sensacionalista.

D

#5. Sí, nada, que pillamos el rábano por las hojas para seguir las tesis de Duranty y ponernos una venda en los ojos para no ver lo que no queremos ver.
Lo habitual.

woody_alien

#5 A donde quiere llegar es a meter en el mismo saco a ETA, a Stalin, a Torrá, a Podemos, a Venzuela y usándolo como excusa para el "articulo", al NYT. Principio de simplificación y del enemigo único que decía Medion de Larisa.