Los adultos a cargo de menores no deben nunca recurrir al azote o a la bofetada y sí tienen que ser capaces de usar conductas apropiadas de refuerzo, de poner límites o redirigir una mala conducta y así asentar recursos útiles para el futuro del niño.
Comentarios
Pues ya tienen trabajo....
Que el crio de 2-3 años se empecine en meter los dedos en el enchufe o querer deshacerse de la mano para correr para atravesar la calle