Resultándome completamente inexplicable (y causándome escalofríos) la existencia de tanto silencio ante tamaño disparate. Acatar dócilmente que se nos imponga (con la excusa de que existe gente que defrauda) cómo tenemos que pagar con nuestro dinero, significa aceptar sin más nuestra condición de “sospechosos” y asumir que nuestra intimidad y libertad quedan reducidas a cenizas. ¿No es esto muy parecido a al sistema de delación existente en la “muy democrática” Alemania Oriental que reflejaba la maravillosa película “La vida de los otros”?
Comentarios
#3 Yo no quiero dejar constancia de mis compras y hábitos personales. Por ejemplo, si soy lector de "La razón" o si me compro una polla a pilas con 5 velocidades, ambos actos altamente vergonzantes, no quiero que nadie pueda corroborarlo.
Si eso no es una falta de privacidad que baje Dios y lo vea.
Y en el mismo momento en que por esa falta de privacidad alguien se plantee no realzar alguna compra, pasa a ser una falta de libertad.
Y encima pagando por ello, el sueño húmedo de los neoliberalistas.
#5 Bueno, se pueden articular medios de pago que permitan controlar el origen del dinero pero que no informen del tipo de compra.
No es "ponernos a todos bajo sospecha"; es ser realistas con el verdadero alcance de la corrupción humana, y reconocer que este alcance es tal, que combatir la corrupción humana inevitablemente requiere una colaboración de todos y que todos pongamos de nuestra parte, lo cual puede lógicamente tener que ver también con que resulten ciertas obligaciones para nosotros.
Aunque mucho me temo que, precisamente en virtud de ese alcance infinito de la corrupción humana y teniendo en cuenta los infinitos antecedentes corruptos de las altas esferas ejecutivas y directivas, las "medidas contra el fraude" son en realidad medidas diseñadas para encubrir, encauzar y/o institucionalizar fraude procedente de esas altas esferas.
#4 En fin, nada que no pueda resolver un buen pitufeo.
Cualquier medida que dificulte el fraude y no suponga merma de libertad es bienvenida. Y no, el pagar con efectivo cuando me salga de los cojones no es "una libertad"
#1 Si lo es. Atenta contra mi privacidad y por ende contra mi libertad. Y encima tendremos que pagar por ello.
#2 El no poder pagar con efectivo ni atenta contra tu privacidad ni contra tu libertad. Y si lo hace, es en el mismo grado que prohibir mear contra la pared dentro de una iglesia.