Acaba de publicar uno de los libros que más ha sacudido nuestra conciencia ambiental. Miguel Ángel Ortega, fundador de la ONG Reforesta y activista y ecologista de larga trayectoria, es el autor de “¿Sosteni… qué? Sostenibilidad (o el reto de transformar la mente humana)”, una obra antológica que analiza las causas que pueden llevarnos a convertirnos en una especie fallida y que resulta de obligada lectura para absolutamente todo el mundo.
Individualmente solemos adaptarnos bien. Como especie, nunca nos hemos adaptado a cambios tan gigantes como se avecinan. La gente en general no cambiará su modo de vida de forma voluntaria ni de coña.
Cuando ya estemos cayendo por el precipicio, seguirán habiendo bocsetarras y negacionistas que tendremos que soportar mientras a duras penas intentaremos sobrevivir.
La solución: Es una sociedad orientada al bien común, capaz de crear personas empáticas con los demás seres humanos y con el planeta, que presten atención a los impactos sociales y ambientales y no caigan en el consumismo, que le den más valor al ser que al tener y que no hagan depender su felicidad de su capacidad de consumo. Que no tengan complejos y les dé igual lo que tengan o hagan los demás. Que sean capaces de autoimponerse límites o, al menos, de aceptarlos cuando sea necesario para proteger el medio ambiente y los derechos de los demás. Que tengan un espíritu crítico y constructivo e intenten entender nuestro complejo mundo desde un enfoque holístico, siendo conscientes de que su ser deja huella y buscando activamente ser parte de la solución para no ser parte del problema.
Comentarios
Individualmente solemos adaptarnos bien. Como especie, nunca nos hemos adaptado a cambios tan gigantes como se avecinan. La gente en general no cambiará su modo de vida de forma voluntaria ni de coña.
Cuando ya estemos cayendo por el precipicio, seguirán habiendo bocsetarras y negacionistas que tendremos que soportar mientras a duras penas intentaremos sobrevivir.
La solución: Es una sociedad orientada al bien común, capaz de crear personas empáticas con los demás seres humanos y con el planeta, que presten atención a los impactos sociales y ambientales y no caigan en el consumismo, que le den más valor al ser que al tener y que no hagan depender su felicidad de su capacidad de consumo. Que no tengan complejos y les dé igual lo que tengan o hagan los demás. Que sean capaces de autoimponerse límites o, al menos, de aceptarlos cuando sea necesario para proteger el medio ambiente y los derechos de los demás. Que tengan un espíritu crítico y constructivo e intenten entender nuestro complejo mundo desde un enfoque holístico, siendo conscientes de que su ser deja huella y buscando activamente ser parte de la solución para no ser parte del problema.