Hace 4 años | Por Lev a elmundo.es
Publicado hace 4 años por Lev a elmundo.es

Han tenido que pasar 83 años para que Martín Díaz Muñoz sujete de nuevo entre sus manos el sonajero de colores que su madre se llevó en el mandil a una tumba sin nombre, tras ser fusilada en la Guerra Civil cuando él era un bebé de nueve meses.

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