La Policía ha podido constatar que la organización imponía un régimen de esclavitud a estas mujeres, de tal manera que las obliga a estar siempre disponibles para atender a un cliente, bajo una vigilancia continua. Realizaban servicios sexuales a domicilios, donde eran trasladadas por algún miembro de la organización, que en todo momento controlaba a las mujeres.