Hace 6 años | Por --513049-- a lanacion.com.ar
Publicado hace 6 años por --513049-- a lanacion.com.ar

La Unión Europea es acechada por neopopulismos burdos y secesionismos inquietantes, y la Argentina marcha a contramano de casi todos ellos, tratando de construir precisamente aquello que muchos "vanguardistas" de España, Francia y Alemania consideran que ha entrado en crisis y debe ser descartado. El rocambolesco escenario sirve para que los kirchneristas castiguen ese rumbo y para que Alain Rouquié, pensador francés se pregunte si no será "la hora de los peronismos" para algunos países europeos

Comentarios

MJDeLarra

Freedadelmodadelmo !!!

aupaatu

No será que el ultraliberalismo tiene algo que ver en esto.

D

"El neopopulismo fabrica divisionismos binarios, ataca en el Viejo Continente el republicanismo desde adentro, propugna en secreto al partido único (representación del pueblo y la patria), insinúa la necesidad de implantar una democracia hegemónica a la manera de Perón y denuncia a las "castas" (la dirigencia) y a sus amos corporativos, antes denominados la sinarquía internacional. Y por increíble que parezca, con tan pobre formulario y tan gastados clichés, logra encarnar "la rebelión".
"El populismo se hace fuerte denunciando ampulosamente el latrocinio y las prerrogativas de los liberales, los socialcristianos y los socialdemócratas, pero cuando se consagra y se asienta, elude el control aplastando las instituciones, comete múltiples venalidades embozado en su enorme poder y se crea una batería de privilegios propios, que justifica con relativizaciones más o menos disimuladas de la "moral burguesa"; algo que en su último libro el filósofo Miguel Wiñazki califica como "la posmoralidad, o la indiferencia en torno a la ética".

Todo populismo también involuciona hacia su irresistible radicalización autoritaria. Se encuentra inscripto en su genoma el imperativo "revolucionario" de no reconocer los límites, por considerarlos trampas de la "derecha", y arrasar con todos los que pueda en nombre de la "emancipación nacional" y el "bienestar del pueblo". Su vocación, aunque a veces solapada, implica generar antagonismos sectoriales, malos de película, obras maestras de la posverdad y masa crítica suficiente como para gobernar en un permanente estado de excepción y de censura encubierta."

D

#1 hay que volver a leer a Weber y sus análisis del poder. Aquello que dijo Acton que el poder corrompe es imperecedero. No puede haber una democracia madura con un poder no controlado, con un crecimiento desaforado de la burocracia.