En 2013, Isabel Félez tomó una decisión en su pastelería de Alcorisa, en Teruel, que habría de cambiar la vida de 47.105 personas: fabricar solo chocolate de comercio justo. Una transformación que no fue nada fácil: tuvo que cerrar su negocio, formarse durante dos años y después reformular muchas de sus recetas y dejar también de ganar un dinero al centrar su oferta solo en chocolatería.
Comentarios
AEDE.