En las vísperas del referéndum ilegal de independencia en Cataluña, la Generalitat juega su última carta para mantener el pulso al Estado: una movilización ciudadana que impulse la celebración de la votación suspendida por el Tribunal Constitucional. Sin ninguna garantía legal que ampare tal votación y con la logística desmantelada por la justicia, el Govern mostró este viernes su secreto mejor guardado en un intento de transmitir confianza en que habrá referéndum: una de las 6.249 urnas que quiere poner este domingo.
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Referendum AEDE