El veredicto, con fecha 31 de mayo de 2018, apuntala una de las principales armas de las que disponen los Estados para frenar la voracidad de estos fondos de inversión que se empezaron a hacer tristemente famosos por la compra de deudas soberanas como la de Argentina o Grecia y que en los últimos años están lanzándose a la rapiña de servicios públicos básicos, como la vivienda o la sanidad.
Es como mezclar a un depredador con un parásito, pero a una escala pantagruélica. Fondos de inversion tipo Blackrock o Blackstone acumulan un capital que gira en torno a tres veces el PIB de España. Si no es para acojonarse, ya me dirán.
Es la institucionalización de la usura, la coacción y la violencia estructural a niveles extremos. Las abominaciones empresariales que son engendradas por el neoliberalismo sociopático. Libertad sí, pero para los tenedores del capital sobre el resto del mundo sin paliativos.
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Es como mezclar a un depredador con un parásito, pero a una escala pantagruélica. Fondos de inversion tipo Blackrock o Blackstone acumulan un capital que gira en torno a tres veces el PIB de España. Si no es para acojonarse, ya me dirán.
Es la institucionalización de la usura, la coacción y la violencia estructural a niveles extremos. Las abominaciones empresariales que son engendradas por el neoliberalismo sociopático. Libertad sí, pero para los tenedores del capital sobre el resto del mundo sin paliativos.