Hace 8 años | Por --478007-- a eldiario.es
Publicado hace 8 años por --478007-- a eldiario.es

"Duflo argumenta que gran parte de las políticas de lucha contra la pobreza no logran sus objetivos debido a una comprensión inadecuada del problema. Se pregunta, por ejemplo, por qué alguien que no tiene lo suficiente para alimentarse se compra un televisor, o por qué el aprendizaje de los niños en situación de pobreza es difícil incluso cuando asisten a la escuela (...). La pobreza, concluye, no es solamente una cuestión de ingresos sino también de falta de educación, de sanidad y de control sobre la propia vida."

Comentarios

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No es un problema de ideas sino de ganas y actitud. Ideas hay muchas, ganas y actitudes casi ninguna...

NickEdwards

Bienvenida al club de los millones de economistas que también tienen medidas concretas para erradicar la pobreza. No sé, es como si precisamente ese fuera, en gran parte, el trabajo de un economista. No sé.. es sólo una idea.

ur_quan_master

Carl Sagan en "Miles de millones" (1997) ya dio la clave que se cita en la noticia para acabar con la pobreza: Extender la educación.

Creo que todos los que que nos gobiernan ya lo saben hace tiempo. Otra cosa es que interese educar a la plebe, no vaya a ser que luego exijan derechos.

D

Soy muy escéptico respecto a la realidad de la Economía como ciencia. No obstante, la actitud humilde de esta economista la rehabilita:
Duflo insiste en la economía como una verdadera ciencia humana, matizando cada una de estas palabras. El estudio de la economía tiene que hacerse a través de la ciencia: riguroso, imparcial y metodológico. Entiende que se trata de una “ciencia del Hombre”, en toda su imperfección y complejidad, y también de una “ciencia humana”, humilde y condenada al error, generosa y comprometida.

Estoy harto de economistas que van 'de sobrados' y son incapaces de predecir la catástrofe la víspera de la caída de Lehman Brothers. O, todavía peor, de economistas que sí la predecían pero sólo avisaban a sus clientes para que pusieran su pasta a buen recaudo y dejasen a los pequeños inversores como pasto para las hienas de Wall Street o la City.