Lo peor que le ha podido pasar a la iglesia católica española en los últimos veinte años tiene un nombre: Antonio María Rouco Varela, el gran crispador. Hay muchas maneras de abanderar intolerancias, pero el ahora defenestrado arzobispo de Madrid escogió durante muchos años la peor de las posibles. Para acercarnos al perfil del personaje, no hay más que comprobar cómo, ni siquiera con Rajoy, que infestó su gobierno de opusdeístas y meapilas, ha sido capaz de hacer migas.
Comentarios
Lástima que el infierno no exista, este individuo lo merece como pocos.
Este hombre siempre ha sido un deleznable y decrépito saco de odio.
Aporta muy poco, se puede decir mucho sobre este individuo y lo único que nos cuenta el autor es que se manifestaba contra Zapatero y que es un "crispador", lo rellena con expresiones "jóvenes" como "meapilas", "enrrollarse", "zetape" (supongo que para que suene más bloguero y progre y menos a periodista cansino)... creo que el cese de Rouco se merece algo más que esto.