Se cumple una año de la resolución del Parlamento comunitario que pide adoptar una legislación común para que las empresas europeas obliguen a las multinacionales a respetar los derechos de los trabajadores. La Comisión Europea continúa de momento apoyando las medidas voluntarias y no responde a la posible elaboración de normas vinculantes. "Seguir teniendo confianza en la buena voluntad de las multinacionales sin que haya presión sobre ellas es pedir peras al olmo"
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Bruselas no está de moda
Es de las cosas que no se entienden del funcionamiento de la UE: su parlamento, el órgano elegido directamente por los ciudadanos, no tiene capacidad para legislar por sí mismo, tiene que pedirle a otros órganos (que no son de elección directa, son nombrados a dedo por los gobiernos, o son ministros de los propios gobiernos) que tomen la iniciativa legislativa. Si como en este caso, a la comisión no le sale del bolo tomar la iniciativa, el resultado es que la UE, como institución política, se pasa por el arco del triunfo la voluntad de sus ciudadanos, expresada por sus representantes directos, prevaleciendo la de los gobiernos.
Y sí, ya sé que a su vez los gobiernos son elegidos en cada país, pero aún así, ¿eso no es algo parecido a un déficit democrático de UE como tal?