Lo que ocurre en Sevilla es una vergüenza. Se ha hecho privado el espacio público de aceras y plazas con los veladores, y se ha hecho público el espacio privado de los hogares donde entran las voces de los garrulos que se amontonan en esos veladores donde ningún establecimiento hostelero cumple la ley
Comentarios
Lo que ocurre en Sevilla es una vergüenza. Se ha hecho privado el espacio público de aceras y plazas con los veladores, y se ha hecho público el espacio privado de los hogares donde entran las voces de los garrulos que se amontonan en esos veladores donde ningún establecimiento hostelero cumple la ley
Joder... he leído La batalla de los violadores en Andalucía