Un hotel contrata a un transportista para entregar un centenar de almohadas a una organización no gubernamental y éste termina abandonando el cargamento en un barranco.
Según la Corporación insular, el conductor del vehículo fue encargado por la Ong que recibió el donativo del hotel a depositar una parte de las almohadas en un punto limpio, pero no lo hizo y optó por tirarlo en el citado paraje.
Y seguro que pensaría que no le pillarían, hay que ser garrulo.
Comentarios
AEDE.
Según la Corporación insular, el conductor del vehículo fue encargado por la Ong que recibió el donativo del hotel a depositar una parte de las almohadas en un punto limpio, pero no lo hizo y optó por tirarlo en el citado paraje.
Y seguro que pensaría que no le pillarían, hay que ser garrulo.
Menudo cabronazo, pero ¡y lo que debe molar ahora tirarse a ese barranco!
Y digo yo