Hace 9 años | Por heiho a principiamarsupia.com
Publicado hace 9 años por heiho a principiamarsupia.com

Miles de personas refugiadas en el centro de la ciudad emprendían el camino hacia el oeste de la Franja, zona prohibida hasta entonces por el ejército israelí. Taxis repletos de familias, con los más jóvenes sentados en los maleteros, colapsaban la carretera que conduce a Khan Younis..

Comentarios

D

Me encanta la profesionalidad periodística del autor:

"La tregua ha colapsado"

Como si lo hubiera hecho sola, porque no ponen que el bando que en todas las ocasiones anteriores la rompió, volvió a hacerlo?

Ah, que porque ese bando no es el Israelí, no interesa. Si llega a serlo, los espumarjos por la boca de muchos de esos periodistas "independientes" inundarían medio mundo.

Pues no, la tregua no colapsó sola como insinúa el artículo, la rompió el lado musulmán como siempre, y el otro evidentemente no se quedó de brazos cruzados.

heiho

#1 los periodistas sólo informan de lo que creen ver.. Y esta claro que te marca más ver la cantidad de muertos a tu alrededor que posibles decisiones políticas dadas desde despachos.. El problema en esta guerra como en muchas otras es que generalizamos en que los malos son los de un bando u otro, metiendo en el mismo saco a los que realmente mueren y sufren que es la población. Que poco tiene que ver con estas decisiones y menos todavía con romper treguas engañosas.
Ninguno de los que manejan las decisiones de los dos bandos quiere la Paz, romper algo tan fino, que ocasiona tantos muertos.
Me parece correcto que estés en contra de la guerra, de un bando o del otro, pero del trabajo de los periodistas que se la juegan todos los días para mostrarnos su punto de vista.. considero que no es justo y menos si lo vemos desde la barrera (como nos pasa a todos)..
No pretendo criticarte simplemente darte mi punto de vista, muchas gracias.

rutas

#1 Alberto Sicilia no es un periodista profesional. Es doctor en física teórica, y sus testimonios son tan personales como tu opinión o la mía, pero con una pequeña diferencia: él está allí para verlo y nosotros no.