El origen de esta fiesta acumula ya casi cinco siglos, cuando el rey Felipe II ordenó que todas las prostitutas salieran de la ciudad durante los días de Cuaresma y Pasión. Al terminar la Semana Santa, el 'Padre Putas' encabezaba una comitiva que las iba a buscar al otro lado del río, donde después se celebraba una jornada campera.