Hace 14 días | Por nanoche a astures.es
Publicado hace 14 días por nanoche a astures.es

En las imponentes fachadas y capiteles de las iglesias románicas, entre ángeles y santos, se esconde una figura enigmática: el Hombre Verde. Con su rostro frondoso, cuajado de hojas y brotes, parece emerger de la propia piedra, desafiando la solemnidad del entorno religioso. Este motivo, de profundo arraigo pagano, ha encontrado un lugar inesperado en el arte cristiano, ofreciendo un fascinante ejemplo de sincretismo cultural. Es, además, una representación ligada a las celebraciones profanas del 1 de mayo.