Hace 7 años | Por --51656-- a revistaelestornudo.com
Publicado hace 7 años por --51656-- a revistaelestornudo.com

Hay, en la calle Muralla 257 de la Habana Vieja, un aparcamiento de autos desvencijado. Dentro, debajo de un techo de zinc y madera, hay dos camas cubiertas con sábanas verdes. Un sillón blanco y un armario también blanco. Algunas cajas, algunos sacos, algunas bolsas con ropa. Una palangana con agua jabonosa. Sillas armadas a partir de otras sillas. Nada hay dispuesto. Cosas encima de otras cosas. Mugre que cubre la mugre.

Hay, al fondo de este cuadro, un hombre y una mujer. El hombre habla poco y rápido y lleva espejuelos y bigotes. La mujer es pequeña y no recuerda fechas ni detalles. El hombre anda con dificultad y desde los bolsillos de su pantalón asoman varias botellas plásticas que lleva consigo en caso de que aparezca café o refresco. La mujer es su madre. Todo lo anterior, debajo de ese techo, les pertenece

Comentarios

kikuyo

#0 Todavía quedan periodistas de verdad. Gracias por compartir el reportaje.

D

#1 Un placer que te guste. Intento poner cosas interesantes que reflejen la realidad de la isla más allá de la propaganda oficial.

D

#2 A mí también me ha gustado mucho. Lo has conseguido (el reflejar la realidad), más allá de politiqueos, éstas son las cosas que de verdad importan.
Pobre gente, se me encoge el corazón.

D

#5 Gracias. Que os resulte interesante me anima a seguir con este sub.

D

#1 La verdad es que encontrar la revista El Estornudo ha sido de lo mejor que me ha pasado en cuanto a información. Acabo de enviar esta otra, cruda y descarnada como la realidad. Este barrio sale en el documental Barrio adentro de Silvio Rodríguez, muy recomendable también.
El barrio del Fanguito

Hace 7 años | Por --51656-- a revistaelestornudo.com

robnirbla

"El caso de Martha Rodríguez lo conocemos bien. No ha aceptado ninguna de las opciones que le hemos propuesto. La última vez que se presentó aquí defendimos la propuesta de que se le ubicara en una comunidad nueva de San Miguel del Padrón, unas casitas plásticas, con buenas condiciones y para las cuales solo se iban a aprobar núcleos con determinadas situaciones, porque están cercanos a un policlínico, porque tienen su tanque de agua… Y luego no vino más, no aceptó. Según me dicen mis compañeras, que la conocen hace más tiempo, cada vez que a ella se le dice de ir para un lugar, ella se va y no vuelve más. Lo que sucede es que ella solo quiere un espacio en la Habana Vieja y cuando se le habla de transitar hacia otro lugar, ella dice mañana estoy aquí, pero luego desaparece."

"En una ciudad que se desmorona encima de los que la viven, Martha quiere ser la excepción.

Martha quiere, si se puede, que le asignen un local, un espacio de esos que abundan por ahí, cerrados y húmedos, de esos que ya nadie quiere, para reubicar su vida y la de sus hijos.

Y si es posible, si no es mucho pedir, que sea en la Habana Vieja.
"