Hace 1 año | Por manuelmace a elarteencuenca.es
Publicado hace 1 año por manuelmace a elarteencuenca.es

El Castillo y la villa de Alarcón se asientan sobre un promontorio natural que rodea un meandro del río Júcar, el cual actúa como foso natural, con un único y estrecho espacio terrestre de comunicación con el resto de su territorio, que se desarrolla en el cuello de dicho meandro. Esta plaza fuerte cuenta, además, con un sistema defensivo en torno a ella, formado por murallas y torres que protegen ambos lados del Júcar. Son los árabes los que la convierten en una gran fortaleza hasta que, en el año 1184.