Si hay algo que define al Japón de los samuráis es sin duda alguna sus característicos castillos. En una época donde los clanes cambiaban cada día sus fronteras invadiendo o siendo invadidos, los castillos eran construidos con rapidez y en muchas ocasiones, asediados o destruidos en pocos años. Si duraban, estas fortificaciones podían cambiar de clan numerosas veces y ser ampliados y modificados en distintas épocas y por distintos señores feudales.