Hace 2 años | Por Javier_Lara
Publicado hace 2 años por Javier_Lara

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V

Tampoco se puede resumir la vida en un artículo. Y en una cosa no estoy de acuerdo, la vida no es como el cine, el cine es como la vida. No hay nada en el cine que no sea parte de nuestro mundo o una proyección de lo que somos. Muchos asumen en su cobardía y su mansa docilidad, que su sentir es el común, o el "bueno", o el que debiera. Es el suyo propio y el sensato, y son incapaces de dar un paso a la acción bajo un marco de alienación mental. Quizás muchas veces un tipo de pensar promovido por la comodidad egoísta, una incómoda comodidad y el mirar hacia otro lado cuando se trata de estimar qué es lo justo y oportuno. La clásica ceguera selectiva de todo está bien mientras a mí no me salpique. A veces son estrategias interesadas del poder para mantener el status quo y el privilegio a costa de los de siempre.

La historia está llena de hechos y sucesos espectaculares, también trágicos por supuesto. Pero las tragedias también pueden ser invisibles como la resignación en la rutina a la que te precipita el sistema, la explotación y humillación de este con los individuos, la manipulación sofisticada a la que estamos sometidos para ser consumistas y esclavos productores para el beneficio de los mismos. Vivimos en unos tiempos donde se reclama gestión emocional como herramienta de transigencia y resignación ante problemas que tienen solución, pero para los que arreglarlos y dar ejemplo hay que bajarse al barro. Problemas los cuales la mayor parte de las veces está provocado por otros y tienen solución. Nos reclaman trabajo duro cuando está más que demostrado que la sociedad no recompensa el esfuerzo, obviando todo el espectro real de fenómenos que se dan con el cual muchos consiguen sus propósitos, a veces sin mover un dedo.

Lo lógico no es seguir una frase a rajatabla, sino ver cómo encaja en tu vida y el sentido que puede tener en ella. Quizás hasta en un momento puntual, pero tenerla, sin duda la tiene, y siempre estarán sujetas a la libre interpretación. El problema viene también de la cultura del éxito, de lo que se interpreta tanto de éxito como de fracaso. A mí ese hombre a pesar de su desenlace, no fracasó, su éxito fue superar la resignación y ser lo suficientemente fuerte como afrontar sus miedos. Quiso demostrar que el edadismo, la gerontofobia, son mitos. Lo consiguió, porque aunque no consiguiera su propósito, demostró que aun se tiene un impulso vital y de superación como si estuviera comenzando a aprender en la vida, eso se llama humildad y ganas de ser mejor. Los accidentes y la mala suerte no pueden cohibir los buenos propósitos y las buenas intenciones.