@rogerius Uy disculpa, que te puse en el ignore.
Si, si te he reportado porque no voy a permitir que un personaje del tres al cuarto se permita licencias e insultos porque internet te hace anonimo.
Ya tengo los huevos muy negros, andado mucho y visto demasiado para que venga un niñato de salon acomodado en el ideal del sofa de casa de mama a insultarme con una idelogia que realizó un genocidio.
Y como no tengo porque permitir que, aunque demuestres un grado de incultura enorme, muestres que mientras unos buenos otros malos te la suda que 80 pesonas se vayan a la puta calle mientras mama te da la sopita, uses licencias que pueden ofender y con tanto calado.
Que sea tanto un indigente mental y pobre como persona no te da esa concesion, quizas en casa con los porros y colegas y la play si, , aqui, te has equivocado.
Envío esta antigualla de 2006 ya que no me puedo creer que nunca haya sido publicada por aquí.
Llegué a este artículo gracias a unos cuantos tweets en los que alguien contestaba a alguien que defendía la inexistencia del estado.
Me dio tal ataque de risa al leerlo y al acordarme de todo lo que le ha pasado a Somalia antes y después del 2006 que me pareció que era necesario que otras personas también disfrutasen de este texto.
La parte en la que se habla de que las milicias mantienen la seguridad mientras las leyes surgen expontaneamente en el día a día mezclada con que Internet es más barato en Somalia que en sus vecinos para demostrar que por lo tanto el estado no es necesario casi me hace caerme de la silla de risa.
Y esto es lo que se publicaba hace 18 años en una web que se define a si misma así: El Instituto Mises es una organización sin ánimo de lucro que existe para promover la enseñanza y la investigación en la Escuela Austriaca de economía, la libertad individual, la historia honesta y la paz internacional, en la tradición de Ludwig von Mises y Murray N. Rothbard.
No políticos, no partidistas y no PC, abogamos por un cambio radical en el clima intelectual, lejos del estatismo y hacia un orden de propiedad privada. Creemos que nuestras ideas fundacionales tienen un valor permanente, y nos oponemos a todos los esfuerzos de compromiso, venta y amalgama de estas ideas con doctrinas políticas, culturales y sociales de moda contrarias a su espíritu.