Una fuerte avalancha golpeó la madrugada del viernes una aldea remota del norte de Papúa Nueva Guinea. El deslizamiento ocurrió alrededor de las 3 de la madrugada del viernes en la localidad de Kaokalam, en la provincia de Enga, unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby.
Según informaciones iniciales, se estima que la cifra de víctimas mortales puede situarse por encima de 100, aunque las autoridades locales aún no han divulgado datos específicos. Residentes de la zona afirman que las casas quedaron enterradas cuando tuvo lugar la repentina avalancha desde una montaña cercana, sorprendiendo a los lugareños mientras dormían.
El servicio regional de la cadena estadounidense NBC indica que la avalancha ha destrozado casas, jardines y bloqueado el acceso a la localidad.
A pesar de ser un país rico en recursos naturales, una gran parte de los más de nueve millones de habitantes de Papúa Nueva Guinea vive en extrema pobreza y se encuentra aislada por problemas de comunicaciones y déficit de infraestructura, especialmente en áreas remotas, donde faltan servicios básicos de salud y educación.
Papúa Nueva Guinea se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida al año por unos 7.000 temblores, la mayoría de ellos moderados. El último terremoto registrado ocurrió el martes, cuando un sismo de magnitud 5,7 sacudió la región central del país, sin que las autoridades informaran de víctimas o daños materiales.
3000 personas que terror y que pena, esperemos que puedan salvarse si no todos, la gran mayoría.