Conozco a un empresario que hace unos años decidió expandirse a China, una empresa de repostería (del estilo de Martínez), dice que lo que mas le llamo la atención, fue cuando el traductor les estaba hablando de las condiciones laborales, pues los trabajadores estaban poniendo caras de extrañeza. Cuando pregunto al traductor chino que ocurría, les dijo que la gente estaba confundida, porque no sabían que iban a hacer después de una jornada laboral de "solo" ocho horas.
#5 El problema no es lo que dice, que ya es bastante grave, sino lo que hace.