Empieza muy bien, reconociendo que las cifras en España sufren el sesgo que marca la identificación de la mujer como única víctima en la LIVG, y que si se toman cifras del resto de Europa los porcentajes están igualadas e incluso las mujeres ejercen más la violencia psicológica. Incluso da un dato bastante revelador:
La National Youth Survey (NYS), analizando parejas jóvenes, aporta cifras muy altas para la prevalencia anual: entre el 20-37% para la violencia del hombre contra la mujer, y entre el 28-48% para la violencia de las mujeres hacia los hombres
Y continúa con una frase que parece una llamada de atención ante una verdad evidente, silenciada durante demasiado tiempo:
El peso de la perspectiva de género en el estudio de la violencia de pareja ha sido duramente criticado por diferentes autores, que consideran que ha limitado el tratamiento del fenómeno por la comunidad científica, ha sesgado la investigación realizada desde su óptica (preguntando únicamente a la mujer por su experiencia victimizante y al hombre por su conducta victimizadora) y ha condicionado el tratamiento jurídico en muchos países.
Sorpresa, el tratamiento jurídico de la violencia de género está sesgado! Quién lo habría imaginado?
Sin embargo más adelante el estudio se desinfla en su valiente enfoque inicial, y parece ir girando sobre sí mismo. Comienza dándole mayor importancia a la violencia sobre la mujer y remarcando que es siempre más grave cuando se ejerce sobre ella (sin aportar razonamiento alguno, al menos que haya visto). El discurso se vuelve un tanto sexista hacia el final, cuando ya claramente agresor y víctima son siempre masculino y femenino de forma explícita. Supongo que al basarse en estudios existentes no han tenido más remedio que adoptar el lenguaje que los datos disponibles les imponen.
Yendo más al estudio en sí, me gusta mucho que centre la solución en dar formación adecuada a los psicólogos. Nadie mejor que ellos para evaluar secuelas y consecuencias, comprender las circunstancias psicológicas de la agresión y sobre todo ayudar a las víctimas, desde luego, pero si su criterio es tan importante no resulta difícil imaginar que asumen parte del peso del juicio a la situación. Lo que ellos digan pesa mucho en cualquier condena, y como dice el estudio nuestros propios sesgos como sociedad nos inducen a percibir a las mujeres más como víctimas que como agresoras, justo al revés que con los hombres, por lo que es de vital importancia que sepan cómo analizar las situaciones desde una perspectiva racional. Bravo.
#33 No, pero hace tiempo que aprendí que en una foto o un vídeo profesional nada de lo que aparece es por casualidad. Podrían perfectamente haber aplicado un desenfoque y nadie les habría culpado por no querer hacer publicidad gratuita o incluso, como comentaba, propiciar asociaciones de ideas no tan descabelladas.