Me parece interesante que el artículo recuerde esto:
"No existe ninguna institución capaz de legislar cambios arbitrarios y establecer reglas como que, a partir de ahora, debemos decir 'nosotros y nosotras'. Sin duda ésta no es la función de la Real Academia Española (RAE), que no puede arriesgarse a imponer cambios que no se hayan producido en la realidad"
Porque a veces parece que hay gente que quiere que los cambios se produzcan al revés: forzándolos "desde arriba", sin darse cuenta de que eso produce por lo general más rechazo que aceptación. Los cambios en el empleo del idioma tienen que nacer en la sociedad y las instituciones tienen que reflejarlo. Es cierto que desde el poder se tienen que crear condiciones que propicien el cambio de algunos hábitos, puesto que el uso del lenguaje no es más que el reflejo de actitudes profundas.
Es una pena que no se den más datos acerca de los "estudios científicos" citados, aunque yo tiendo a pensar que tienen razón. El hombre, por lo general, soporta mal que le interrumpan, tiende a intentar imponer su voz y su criterio (a hombres y mujeres), y tiene bastantes dificultades para seguir una conversación abierta en varios frentes, que fluye y se ramifica sin necesidad de llegar a "arreglar el mundo", un estilo de conversación que podríamos calificar de más "femenino".
Y además, por desgracia, todavía existen muchos hombres que piensan que las mujeres son menos inteligentes que los hombres. Por poner algunos ejemplos: todavía existen hombres que, en una ferretería, si mi mujer les pide un tipo determinado de destornillador, me responden a mí; todavía existen médicos, que si mi mujer les hace una pregunta me responden a mí; todavía existen calefactores que me dicen: "cuando su mujer friegue, dígale que no abra el agua caliente a tope". Sí, probablemente es cierto que el uso del lenguaje presenta problemas de discriminación más sutiles, profundos y discriminatorios que el uso de miembros y "miembras" pero la culpa, creo yo, no es del lenguaje y la solución, obviamente, no puede venir de la RAE.
#4 Discrepo de tu opinión. Estoy de acuerdo en que existen actitudes "hipersensibles" en el lado de las mujeres, al igual que las hay en el lado de muchos varones que se les enfrentan. Y qué triste me parece esta simple división en bandos, porque creo que a veces los hombres y las mujeres deberíamos analizar nuestro pensamiento y preguntarnos si no nos estamos quedando anclados en estereotipos trasnochados.
En cuanto a tu apreciación de la distinta gravedad de las diferentes conductas, me gustaría hacerte ver, por ejemplo, que el hecho de que algunos vascos sean terroristas no nos autoriza a descalificar el deseo de muchos vascos de poder hablar libremente su idioma ¿verdad?
Lo que quiero decir es que no me parece razonable el tipo de argumentación que tú empleas. El hecho de que haya un problema grave no nos autoriza a desacreditar la importancia de otros. Es como si decidiéramos no curar el sarampión porque el cáncer es mucho más mortal. ¿Sabes cuál sería el resultado de un comportamiento así? Que muchos niños volverían a morir por el sarampión.
A mí las leyes de discriminación positiva no me parecen bien en principio, aunque tal vez esto sea porque yo vivo en un mundo en el que no son necesarias y a lo mejor no me doy cuenta de que en ciertos ámbitos hacen mucha falta para comenzar a equilibrar la balanza. A ti te parece que esto es una discriminación de nivel galáctico pero a lo mejor también es el resultado de una discriminación de nivel galáctico el hecho de que el número de mujeres en puestos de poder esté muy alejado de los porcentajes de mujeres en la Universidad, por ejemplo.
¿Qué pasa en estos casos? ¿Las mujeres se vuelven tontas cuando salen de la Universidad? ¿O acaso lo que sucede es que les resulta más difícil acceder al poder en un sistema blindado por los hombres? Tal vez cientos o miles de manifestaciones de desigualdad a nivel subatómico acaben por producir una desigualdad de nivel galáctico, como tú dices.
A veces me pregunto cómo me sentiría si yo fuera mujer y veo que hay muchas cosas que me cabrearían bastante. Y, desde luego, creo que mi pensamiento está muy alejado de lo que algunos llaman feminismo radical. Sin embargo, creo que la realidad tiene muchos matices y es difícil presentar una representación estática de la misma, con el mundo claramente dividido en bandos de buenos y malos.