Sinforosa

#20 No, pero ante ese tipo de dudas, acudo siempre a una fuente de confianza: Yahoo! Answers. Te la recomiendo, creo que se adapta bastante a los problemas que te inquietan.

Sinforosa

#14

La anosmia congénita es otra historia, no sabría decirte si más o menos llevadera que lo mío. Tengo que probar lo del amoniaco, a ver si noto algo, aunque sospecho que no. A mí antes solían regalarme perfumes, pero ya no uso, y tengo advertido a todo mi entorno de lo que pasa conmigo. Tampoco es tan dramático, ni hay que avergonzarse.

Sinforosa

#12

Sólo he vivido en una casa con gas por un período muy corto, hasta ahora he tenido la suerte de tener siempre vitrocéramica. Supongo que si no me quedara más remedio aprendería a funcionar con gas, tomando las precauciones necesarias, que ni siquiera sé cuáles serían. Con lo de cocinar soy muy cuidadosa, nunca me alejo del fuego por mucho rato.

Ni siquiera tengo acreditada oficialmente la anosmia, y la última vez que lo miré, la minusvalía que se reconocía era ridícula, no daba derecho a nada. A mi juicio es una injusticia (¿qué otra cosa iba a decir?), porque el olfato tiene muchas vinculaciones de tipo emocional, y no es raro que los anósmicos acaben desarrollando depresión. De hecho, parece bastante común.

No, no afecta demasiado a mi trabajo, como expliqué en #18

Sinforosa

#11

Bueno, verás. Como ya he señalado en #16, no puedo oler, pero puedo "sentir". Si hueles a rayos, cagas mierda nuclear y te tiras un pedo lapa, empezaré a lagrimear y eso, probablemente, te delate. Por otra parte, sigo estando capacitada para notar el sudor, los ruidos chungos, y las "sorpresas" en la taza del váter. Vamos, que tampoco hay que relajarse tanto, ¿eh?

Sinforosa

#10

No tengo demasiadas anécdotas que conserven interés narrativo. Lo más parecido a un problema de verdad fue cuando estuve un mes viviendo en casa de mis suegros y los malditos gatos se mearon dentro de mi maleta. Por supuesto, yo no me enteré de nada. Mi novio me decía "hueles mal, hueles raro, hueles a pis...". Y no entendíamos nada, claro. Al final nos dimos cuenta de lo que había pasado, y tuve que lavar toda la ropa, y limpiar la maleta a manguerazos. Ahí sí que necesité ayuda externa para decidir cuándo estaba todo lo suficientemente limpio. Aparte de eso, nada más.

Sinforosa

#9

Soy mujer, y aunque no me desagrada la ropa interior de fantasía, personalmente prefiero no usar calzoncillos, creo que no los encontraría cómodos.

Por otra parte, mi madre me enseñó de pequeña que la ropa interior se cambia a diario, y cumplo religiosamente con ese precepto, lo que probablemente me está ahorrando muchos problemas.

En cuanto al resto de la ropa, conservo cierto recuerdo sobre cuántas puestas podía aguantar según la época del año. De todos modos, suelo lavar la ropa a ciegas. Si no recuerdo cuántas veces me he puesto algo, va directamente al cubo de la ropa sucia. Fin de la cuestión.

Sinforosa

#8

Ahora estoy parada. He trabajado dando clases a niños, por lo que yo diría que no afecta demasiado. En el pasado he trabajado manipulando alimentos, supongo que ahí sí que hubiera sido más problemático. Cuando no tengo ganas de dar explicaciones, o no vienen al caso, puedo fingir que huelo y me ahorro problemas, es bastante fácil darle la razón sobre un olor a cualquiera.

Sinforosa

#7 Se vuelve algo extraño, y bastante menos apetecible, sí. Es un asunto muy curioso. ¿Cómo lo sabes?

Sinforosa

#6

No huelo absolutamente nada. Puedo "sentir" los productos muy fuertes. Por ejemplo, cuando limpio con lejía, puedo sentirla porque se me olvida no inhalar y suelo acabar con los ojos llorosos y molestias en la nariz. En una ocasión me llegué a marear por usar lejía en un sitio sin ventilación, pero me he vuelto más cauta con esas cosas. También he podido sentir el olor a pintura fresca cuando pintaron mi rellano recientemente, porque noté un sabor agrio en la garganta. Pero sólo eso. No noto ningún olor, por fuerte que éste sea. Café, lejía, pintura... da igual.

Supongo que al perder el olfato de manera progresiva se me hizo más fácil adaptarme, en todos los aspectos. La verdad es que ya ni lo recuerdo bien. Puedes ver lo que le he contestado a #5

Actualmente uso poco el transporte público. Ya es mala suerte, porque hubo una larga época en mi vida en la que tomaba hasta ocho autobuses diarios, y sí, los olores de la gente podían llegar a ser absolutamente repugnantes. Una vez se me sentó al lado una persona que, por cómo olía, sospecho que se había cagado encima. Literalmente. Ahora me pierdo esas delicias de la vida.

Sinforosa

#5 Creo que cada caso de anosmia es diferente en ese sentido, porque a algunas personas la comida les sabe a cartón, y eso sí que es chungo.

Yo sigo percibiendo bastante bien el sabor de la comida, aunque mucho más atenuado, y las notas más sutiles se me escapan. He tenido que reeducar el paladar un poco, pero ha sido para bien, porque ahora como menos porquerías, y muchísimas más verduras que antes ni probaba. Digamos que he conseguido hacer de la necesidad virtud. De todos modos, los sabores que dependen absolutamente del aroma, no los percibo. Por ejemplo, puedo embadurnar la carne en medio kilo de especias, que me va a dar igual, no lo noto, o lo noto muy poco.

La contrapartida es que si la comida está en mal estado, tampoco me entero mucho. Tengo que tener cuidado con eso.

Sinforosa

#3 He sido fumadora durante diez años, así que no sé si podría tener alguna relación. Tampoco fumaba demasiado, unos 5-10 cigarrillos día. En cualquier caso, el médico no le dio importancia a ese hecho, porque hace mucho que dejé de fumar. Si hubo alguna vinculación, probablemente fue débil.

¡Gracias por los ánimos!

Sinforosa

#1

Empezó a mediados de 2009. Mi médico cree que sufrí un catarro normal y corriente que, por mala suerte, acabo destruyendo el nervio olfatorio. Fui notando que perdía paulatinamente la capacidad de oler, hasta que dejé de oler nada. Para entonces ya habían pasado unos seis meses desde el inicio.

Seguramente has estado resfriado alguna vez y sabes qué se siente al no oler. No se siente...nada. El mundo es un poco más plano, más gris, y más aburrido. Algunas cosas hay que intuirlas. La información está siempre incompleta. A menudo me acabo olvidando de que los demás pueden oler, sencillamente, lo paso por alto. Si tuviera que estar siempre pensando en lo que "no estoy sintiendo", se me iría la olla. Prefiero centrarme en lo que sí puedo notar.

Afecta moderadamente a mi vida diaria, porque por suerte, no vivo sola. Tengo que tener especial cuidado con la comida, porque si se pone mala no me entero. Esa suele ser mi principal preocupación. Tampoco dejo nunca comida al fuego sin vigilancia, por razones obvias. Secundariamente, lavo la ropa "a ciegas", y, aunque uso desodorantes, jabón y todo lo demás, no he vuelto a usar perfume, no quiero que nadie lo elija por mí. En general, me las apaño bastante bien, con el tiempo se le pilla el truco.

Sinforosa

La miel tampoco se pudre jamás. Y las legumbres,pasta,arroz y semillas duran una barbaridad. Hace años que no piso un McDonnolds, pero ya está bien de tonterías.

Sinforosa

#7 Déjame adivinar. Pagas menos de móvil que yo, y te haces de aquí a Formigal con un único depósito.

Sinforosa

#4 Te prometo que leer no duele. Hazlo por mí, hazlo por ti, hazlo por los niños. O no te lo leas, pero deja de cuñadear.

Sinforosa
Sinforosa

#1¿pero no llega un aviso automático cuando es duplicada? ENo el móvil no me funciona el buscador de Menéame.

Sinforosa

Lo mejor de Madrid es cuando te subes al tren y vas viendo como se hace cada vez más y más pequeño.

Sinforosa

#13 A menudo me pregunto cómo diantres consiguen diferenciar el destrozo causado por los inquilinos del estado ruinoso inicial del piso.