#1 A mi no me gusta el toreo, me aburre, pero imagínate que se haga lo mismo pero sin hacer sufrir al toro, nada de ponerle un clavo en la espalda nada más salir, nada de clavarle la punta de una lanza para "suavizarlo", nada de clavarle banderillas y, por supuesto, nada de matarlo al final, sólo el arte de torearlo con estilo y elegancia, que si una verónica, que si un loquesea (mi interés en los lances y eso es nulo), etc... en ese caso las quejas por tortura animal serían anecdóticas y puede que atrajese a un público menos psicópata que el actual y más centrado en el arte (o puede que no, al igual que otros espectáculos, los tiempos cambian y deja de llamar la atención del público).
Yo pensaba que no me gustaban los toros y resulta que es que lo hemos estado haciendo mal todo este tiempo.