Hace dos semanas, nos plantearon en la empresa un cambio de horarios. Nos remitieron un comunicado al respecto. Lo leí y había aspectos que no entendía por lo que le pregunté a la persona responsable. ¿Consecuencias? Despido fulminante ese mismo día. ¿Argumentario? "Podría ser una persona conflictiva para la empresa ya que hacía preguntas un tanto revolucionarias".
Tenía varios proyectos que eran muy importantes y que estaban de mi mano. Algunos de ellos hubiesen supuesto un avance muy grande para la empresa en tiempos como los actuales, con una visión muy diferente sobre el sector en el que está. Y para mí, no sólo económicamente sino profesionalmente, hubiese sido un enorme paso.
Pues bien, todo se quedó en nada por la estupidez de alguien que consideró que yo podía ser un sindicalista en potencia o alguna chorrada así.
País zombi, ni más ni menos.