@Hanzen tengo un amigo de ese estilo. Es una persona que me cae bien, es divertido y, a veces, hasta interesante hablar con él. Peeeero, en ocasiones se comporta de una forma un poco interesada y no tengo constancia real de que haya hablado en algún momento mal de mí (o nosotros, si incluyo al mozo), pero sí la sospecha bastante fundada de que algo ha habido (chorradas en momentos puntuales por no haberse salido con la suya al no haber ido de cara pidiendo un favor).
El caso es que tampoco me gustan los enfrentamientos y peleas. Si lo pienso bien, todos podemos actuar de forma no correcta del todo en un momento dado, además, así que tampoco voy a decir que yo sea una santa, que ni de coña lo soy. Así que, simplemente, voy con más cuidado cuando se trata de él. Y si veo algo raro, de forma totalmente cortés, rechazo la propuesta que puede hacer con alguna buena excusa y arreglado. Él se siente un poco frustrado por no haber conseguido su objetivo real, yo me siento feliz de no haber caído en la trampa y, en secreto, confío en que algún día espabile y venga con la verdad por delante y no mareando la perdiz y por la espalda...
¿Pero cómo se prepara uno para eso?