Otra opción menos épica pero de más fácil incorporación al diccionario sería el término “retroemigración”. Como es sabido, el prefijo “retro” hace referencia, entre otros posibles significados, a la inversión de un proceso. De esta manera, se dejaría claro que el acto migratorio no se da por concluido mientras el negro se mantenga en volandas, sin que toque suelo español en ningún momento. No podría hablarse de devolución dado que, desde este punto de vista, el negro nunca llegó. Se la captó en pleno vuelo, igual que los sapos cazan himenópteros. Y, si lo hace los batracios, ¿cómo no lo vamos a hacer los españoles?
Coincido bastante con el artículo y con la cita final de Harari. Creo que el libre albedrio solo es una ilusión que -por alguna razón que desconozco- ha resultado ser eficaz desde el punto de vista evolutivo y por ello mismo ha terminado arraigada en nuestra genética.
Lo peor es que respecto a la conciencia pienso exactamente lo mismo.
Somos meras marionetas de la física, la química, la biología, los fenómenos electromagnéticos, etc.